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Ultima Hora ha tenido acceso al informe de la Guardia Civil sobre el peligroso rescate de una excursionista cerca de sa Fosca, el pasado domingo. El escrito revela que intervención del helicóptero fue impecable y una de las más arriesgadas de los últimos años.
«A las 17.00 horas se recibe llamada de que una persona había sufrido un accidente dentro del torrente de Sa Fosca mientras realizaba su descenso y al parecer tenía fractura abierta de tibia y peroné, así como diferentes politraumatismos. Por lo que se decide activar al GREIM y la UHEL. Durante el trayecto en vuelo al lugar del accidente nos comunica el C.O.S. de que el 112 había activado al helicóptero de emergencias 112 y bomberos para este rescate y que al mismo tiempo otra llamada les había comunicado que dos personas se habían extraviados en el Puig Roig, y una de ellas no podía caminar. Por lo que se desvía a la UHEL-GREIM a este último aviso, mientras bomberos y el helicóptero de emergencias se hacían cargo del rescate de Sa Fosca.
Tras realizar este rescate y comunicar que habíamos terminado el rescate, nos dicen que el rescate de sa Fosca seguía abierto, porque lo que nos dirigimos hasta el lugar llamado s'Entreforc donde tomamos contacto con el helicóptero de emergencias y con bomberos vía radio. Ellos nos solicitan que nos quedásemos sobrevolando la zona y en caso de que nos necesitasen nos lo comunicarían. Pasados unos 30 minutos sobrevolando la zona nos comunica el helicóptero de 112 que abandona el lugar debido a la falta de luz y el riesgo que entraña operar en estas condiciones. Así mismo nos comunica la imposibilidad que supone aterrizar en el lugar, por lo que al carecer de grúa el helicóptero del Cuerpo se presupone la imposibilidad de evacuar a la herida por helicóptero y que la camilla que bomberos tiene en la cual se encuentra la herida, es la camilla de evacuaciones por grúa del helicóptero de ellos y no una técnica de rescate en montaña, por lo que evacuar a la herida a pie con esa camilla sería mucho más difícil y complejo debido al peso y la dificultad en su manipulación.
Es por eso que el helicóptero del 112 abandona el lugar. En un último intento, se decide hacer una aproximación para una de evacuación al límite, por lo que ya entrado el ocaso el helicóptero desciende hasta s'Entreforc entre paredes de 300 metros de altura y una anchura en alguna partes de 20 metros para intentar aterrizar.
Tras conseguir aterrizar, no sin antes cortar varias ramas de un árbol con las palas del rotor para hacer un hueco y poder tomar tierra, los pilotos de la UHEL, nos dan 5 minutos para tomar contacto con bomberos y realizar la evacuación. Por lo que no sabiendo si nos daría tiempo, les decimos que dejen la puerta del helicóptero abierta con la camilla de rescate técnica al borde del aparato y si tuvieran que irse porque no dos diera tiempo regresar, tirasen la camilla fuera y se marcharan. Después de una carrera de unos 150 metros entre grandes piedras y desniveles, contactamos con bomberos y les decimos que tenemos 5 minutos para meter a la herida en el helicóptero, por lo que entre seis bomberos y los dos miembros del GREIM aceleramos al máximo el desplazamiento de la herida sin saber si conseguiríamos llegar, mientras, los pilotos veían cómo avanzábamos entre las piedras y nos aproximábamos hasta el helicóptero.
Tras un gran esfuerzo conseguimos alcanzar el helicóptero donde introducimos a la herida en la bodega y comenzamos a ascender entre las paredes de s'Entreforc prácticamente sin luz, puesto que los 5 minutos que nos habían dado los pilotos para irse se convirtieron en 25 minutos. Trasladamos a la herida hasta el hospital de Son Llàtzer donde quedó ingresada, llegando al centro ya bien entrada la noche».