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El derrumbe del minarete de una mezquita en Mequínez, en el centro de Marruecos, ha causado un total de 41 muertos y 75 heridos, de los cuales 14 siguen hospitalizados, según las autoridades, que anunciaron ayer el final de las tareas de rescate.
Aunque alrededor de la pasada medianoche las fuerzas de seguridad ya desalojaron a los voluntarios de la mezquita, la retirada de escombros terminó oficialmente ayer al mediodía, después de que perros adiestrados hiciesen el último rastreo, antes de dejar paso a las excavadoras. La entrada de esas máquinas fue la señal definitiva de que ya no hay esperanzas de encontrar a más supervivientes, que hasta el momento han sido trasladados a centros hospitalarios de Mequínez y de la cercana Fez.
Ayer por la mañana tuvo lugar cerca de la mezquita derruida una oración colectiva en recuerdo de los fallecidos. Las escenas de caos que siguieron a la caída del minarete, que echó abajo prácticamente la mitad del templo, fueron sustituidas ayer por las de los funerales, que se prolongaron a lo largo del día. La desolación se ha apoderado del barrio de Bab El Berdiyine, uno de los más antiguos de la medina de esa ciudad imperial, dado que a él pertenecían la mayoría de los fallecidos.
Las autoridades apuntan a que las fuertes lluvias caídas durante esta semana en la región de Mequínez fueron la causa determinante de la caída de la torre desde la que se llama a los fieles al rezo en la mezquita.