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La Fiscalía pide una condena de 12 años para el hombre que protagonizó una serie de atracos en un cajero del centro de Palma y que amenazaba a sus víctimas con una jeringuilla. El acusado, de 43 años negó los hechos en el juicio, que se celebró ayer, aunque fue reconocido sin ningún tipo de duda por dos de las mujeres atracadas y por un guardia civil que frustró un tercer asalto cuando iba de paisano.
El acusado, muy nervioso en todo el juicio, llegó a afirmar que «es todo un montaje». «Le juro señoría que yo no he hecho nada, así se muera siete veces mi madre». Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que le detuvieron confirmaron que dormía de forma habitual en el cajero en el que cometió los atracos, en la avenida Alejandro Rosselló de Palma. El imputado ejercía además como aparcacoches en las Avenidas.
Escondido
Los dos atracos consumados se produjeron el 15 de noviembre y el 8 de diciembre de 2009. En el primero de ellos, según la víctima, el asaltante estaba escondido dentro del cajero. Cuando la mujer sacó 20 euros se aproximó a ella con una jeringuilla: «Me hizo sacar más dinero, dio a la primera opción que sale, la de cuarenta euros, cogió los billetes y salió corriendo», dijo.
El siguiente atraco se produjo cuando una mujer iba a sacar dinero junto a su hija de dos años. La víctima contó cómo el acusado fue a por ella también con la jeringuilla en la mano. La apuntó a ella con el objeto y acorraló a la niña. El asaltante marcó 70 euros en el cajero, cogió el dinero y también huyó a la carrera. Aún tuvo lugar un tercer asalto por el mismo procedimiento, si bien en esta ocasión, el atracador no consiguió ningún botín. Un guardia civil de paisano paseaba por la calle y vio en el interior del cajero a una mujer y a un hombre, que hacía ademanes agresivos hacia ella. El agente entró en el cajero e hizo huir al agresor. «Más tarde vi en la prensa la foto del cajero y notifiqué al Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía el incidente», afirmó.
La abogado del procesado, Juan Mulet, aceptó en sus conclusiones definitivas que su cliente cometió el primero de los atracos, por el que pide una pena de tres años y medio. Respecto al otro asalto y la tentativa, pone en entredicho la identificación de las víctimas dado que se produjeron después de la detención y afirma que los testigos pudieron verse influenciados. Por su parte, la fiscal Laura Pellón, defendió la severidad de las penas dado que no existe ninguna prueba de la adicción del detenido a las drogas y al hecho de que una de las víctimas fuera acompañada por una niña de dos años.