Un indigente de 43 años ha fallecido en el incendio de la casa abandonada. | V. Vasilev

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Sobre las 17.20 horas de ayer, saltaron las primeras voces de alarma. Vecinos de la calle Balanguera comunicaban a los cuerpos de emergencia que en el número 36-A de la citada calle se estaba produciendo un incendio y que había gente en su interior.
Con suma rapidez se desplazaron hasta el lugar del siniestro numerosas dotaciones de los Bombers de Palma, Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía, el VIR (Vehícle d'Intervenció Ràpida) y varias ambulancias del 061 y SSG (Servicios Socio Sanitarios Generales). A su llegada, los equipos de extinción consiguieron apagar las llamas, pero nada pudieron hacer por salvar la vida de uno de los indigentes que vivía en el interior de la vivienda.
Se trata de un varón, de 43 años de edad y cuya identidad no ha sido facilitada.
Según relatan los vecinos de la zona, «eran dos hombres. Un hombre muy alto y otro muy pequeño. Entraron hace unos cuatro meses y eran muy ariscos, nadie hablaba con ellos», añaden.
Investigación
Agentes del Grupo de Homicidios y de la Unidad Científica del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron cargo de la investigación para esclarecer las causas por las que se produjo el incendio.
Por otra parte la indignación entre los vecinos de la zona era importante.
«Hace más de un año y medio que en esta casa vivía un matrimonio de indigentes. Llegaron un día, pegaron un patadón a la puerta y se metieron dentro. Tenemos que decir que este matrimonio no daba problemas, pero los echaron hace medio año por orden judicial. Fue entonces cuando el propietario del inmueble puso unos candados y cerró la planta baja», relata Pedro Lladó, vecino de la casa incendiada.
«Hace unos cuatro meses llegaron dos hombres, uno alto y otro bajo. Estoy cansado de llamar a la Policía Local, de hablar con el policía de barrio, de llamar al Ajuntament de Palma y nada de nada. Esto se veía venir. Lo peor de todo es que se podía haber evitado una muerte. Supongo que más de uno lo tendrá en su consciencia», concluye.
El testimonio de Lladó es corroborado por el resto de vecinos del edificio colindante a la vivienda incendiada. «Estamos cansados de llamar al ayuntamiento y no hacen nada. Es una vergüenza ver como cada día entraban carritos de supermercado llenos de basura, muebles viejos y colchones. Esa casa era un estercolero y pasó lo que tenía que pasar. Es una pena que falleciera un hombre, pero no nos extraña. Ahora que ya tenemos un muerto vendrá Cort y tomará medidas.
Según información a la que ha tenido acceso Ultima Hora, el cadáver estaba semi tumbado y presentaba heridas en los pies y en una mano, pero la causa de la muerte fue la intoxicación por humo.