Ayer eran visibles desde el Passeig Marítim los restos de una de las embarcaciones semihundidas. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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A casi cinco millones de euros ascienden las pérdidas derivadas del incendio que se declaró en la medianoche del martes al miércoles en un yate del Club de Mar y que luego se propagó a otras tres lujosas embarcaciones amarradas en las proximidades.

A primera hora de la mañana de ayer, tras una noche dura y larga en el pantalán 4, los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil acudieron al muelle del siniestro e inspeccionaron los cuatro yates hundidos. La primera prioridad era descartar que hubiera víctimas, tal y como se confirmó, y a continuación revisar las naves para aclarar algunos extremos de la investigación. El fuego empezó a las 23.14 horas en el «Eco I», un lujoso yate de más de 20 metros de eslora que llevaba ya un tiempo en el Club de Mar.

Es propiedad de un alemán, pero poco antes del siniestro uno de los empleados conectó un generador, algo habitual en este tipo de barcos que permanecen muchas semanas sin navegar. El motor estuvo en marcha y parece ser que se produjo un mal funcionamiento -quizás un cortocircuito- que provocó las primeras llamas. El viento que soplaba fue determinante para que el fuego se extendiera con aquella rapidez. Del «Eco I» pasó al «C'est la Vie», y luego el «Santana III» y el «Koffy» quedaron envueltos en llamas.

Los remolcadores sacaron a dos de ellos a la bocana del puerto, donde se hundieron, mientras que los otros dos del Club de Mar corrieron la misma suerte. 14 bomberos, numerosos guardias civiles, y la Autoridad Portuaria, así como Policía Local y Nacional, participaron en las tareas de extinción, que se prolongaron hasta las tres de la madrugada y que alarmaron a los vecinos del Passeig Marítim.

Durante el día de ayer los responsables de la investigación se pusieron en contacto con los dueños de los yates afectados, para informarles de la situación. Además del alemán, los otros propietarios son un francés, un español y un inglés. Todos los yates tenían un tamaño similar (más de 20 metros) y eran bastante modernos. El precio por cada una de las naves es de unos 200 millones de las antiguas pesetas, confirmaron en fuentes policiales.