El principal acusado por el doble crimen de dos policías en el
barrio de Bellvitge de L'Hospitalet, Pedro Jiménez, ha negado en su
declaración ante los Mossos ser el autor de los asesinatos, pese a
los numerosos indicios que le incriminan y a los que no ha podido
aportar una coartada verosímil. Sólo admite que estuvo en las
proximidades del lugar de los hechos. Durante su declaración,
Jiménez explicó que en el día en que ocurrió el crimen, el pasado
martes, tuvo dos entrevistas de trabajo y estuvo cenando con el
sacerdote que asiste en la prisión Modelo, quien lo confirmó en su
día y dijo que no había observado ninguna conducta anormal en el
recluso.
Los Mossos d'Esquadra han dado por concluido el interrogatorio
de Jiménez después de que la madrugada del viernes se le condujese
al piso en el que vivían las agentes para efectuar una
reconstrucción de los hechos. En principio, está previsto que el
detenido pase hoy a disposición judicial. Entre las pruebas que se
acumulan contra Jiménez figuran una factura con su teléfono móvil
encontrada en el piso de las agentes, o que calza el mismo número
de unas zapatillas deportivas encontradas, junto con la que sería
el arma homicida, un cuchillo con manchas de sangre, en los lavabos
de un bar de la plaza Francesc Maciá de Barcelona. Otra de las
pruebas en su contra es que el día de los hechos Pedro Jiménez, un
preso por delitos de violación que se encontraba de permiso, se
presentó en casa de su hermana vestido con ropas femeninas,
presuntamente de alguna de las policías asesinadas, dado que se
habría manchado de sangre al cometer los crímenes.
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