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Víctor Ferrero y Pedro Montserrat trabajan como socorristas en la playa de Cala Domingos. La temporada empieza el 1 de mayo y finaliza el 31 de octubre. En ésta, Víctor y Pedro pueden presumir de haber hecho muy bien su trabajo, hasta el punto de que han recuperado a cinco bañistas que estaban al borde de la muerte. Víctor tiene 25 años y es de Felanitx, y Pedro 22 y es de Portocolom. Desde hace cuatro años trabajan como socorristas para la empresa Toni Pascual, que es la concesionaria de la playa. Ambos comentan, sobre los cinco salvamentos que «nos sentimos muy orgullosos porque, entre otras cosas, forma parte de nuestro trabajo, pero sobre todo porque estamos hablando de vidas humanas». Víctor cuenta que en Cala Domingos «hay una cueva a la que suelen ir los bañistas, y en ocasiones se mueve una fuerte corriente que los arrastra mar adentro». «Cuando se mueve la corriente -comentan ambos - colocamos la bandera de peligro. Pero muchos no hacen ni caso y, encima, si hacemos sonar el pito para que regresen a la playa, nos riñen porque dicen que ellos han pagado unas vacaciones en Mallorca para poder bañarse». Hablando en concreto sobre los cinco turistas, Víctor recuerda que todos eran extranjeros «y estaban al borde de la muerte, pero se recuperaron después del boca a boca y otras prácticas de reanimación, que Pedro y yo hemos aprendido en dos cursos de la Cruz Roja». También, los jóvenes señalan que «ninguno de los cinco bañistas ha regresado después a darnos las gracias». El último caso ocurrió el pasado lunes. Víctor salvó a un turista que estaba ya inconsciente. «Cuando abrió los ojos en la ambulancia -dice el joven - me miró, sonrió y me dio las gracias. Pero al día siguiente vino una animadora de su hotel y nos metió la bronca porque dijo que no teníamos colocada la bandera de peligro, cuando estaba puesta». Para finalizar, Víctor y Pedro se quejan de que la ambulancia «siempre tarda mucho en llegar, lo contrario de lo que ocurre con los policías de la UTC de Porto Cristo».