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Un portavoz del Estado Mayor del Ejército, con sede en Madrid, declaró ayer a este periódico que la cúpula militar espera concluir «cuanto antes» la investigación sobre la denuncia de un soldado de la base General Asensio por supuestos malos tratos por parte de tres sargentos. Los juristas militares iniciaron ayer las diligencias en Palma y tomaron declaración al denunciante y a los denunciados.

La plana mayor de Balears no ha apartado del servicio a los tres sargentos denunciados, ya que todavía no existen indicios suficientes (al margen de la declaración de Jaime Garcías, el denunciante) para probar que planearon una encerrona y apalearon al joven, de 19 años.

El proceso judicial militar, que discurre paralelo al civil, se inició ayer por la mañana y parece ser que el soldado se reafirmó en todos sus extremos; es decir, insistió en que había sido llamado a un vestidor del edificio de zapadores, en donde supuestamente le esperaban tres superiores que le agredieron. La víctima aseguró que existían testigos (en concreto otros soldados) que habían presenciado cómo le citaban en esa habitación y, minutos después, lo vieron salir gritando y con contusiones en la cara y el cuello.

Las fuentes consultadas insistieron en que si se descubren «indicios suficientes» que avalen la denuncia de Jaime Garcías «se tomaran de inmediato las medidas oportunas», pero añadieron que de momento sólo existe, a modo de prueba inculpatorio, la denuncia del muchacho.

«No es ninguna invención»
La familia de Jaime Garcías declaró ayer que «está muy claro» que el soldado no se inventó la agresión de tres mandos «porque hay un parte médico que confirmar que tiene lesiones y además hay testigos que lo vieron entrar en aquel cuarto y salir fuera de sí».

Francisca, la madre de Jaime, negó que su hijo hubiera tenido problemas psicológicos antes de padecer la agresión y negó que el muchacho fuera problemático en el cuartel. La familia del militar de reemplazo mostró su escepticismo sobre el futuro del joven en la base General Asensio «porque está muy mal visto que se denuncien a militares y tememos que de ahora en adelante le hagan la vida imposible».

El joven no se encuentra arrestado en la actualidad, aunque durante los cinco meses que lleva de servicio militar ha estado privado de libertad en algunas ocasiones, según él siempre por motivos de escasa importancia.