Enrico Letta aboga por reforzar el mercado único europeo | Foto: David Pauwels
Enrico Letta, presidente del Instituto Jacques Delors y decano de la Escuela de Políticas, Económicas y Asuntos Globales de la IE University, ha elaborado el informe Mucho más que un mercado por encargo de la Comision Europea. El próximo jueves, 27 de marzo, impartirá la conferencia El futuro de la economía europea en la era Trump en la sala Aljub de Es Baluard Museu (19.00 horas) organizada por el Club Ultima Hora - Valores y el Cercle d’Economia de Mallorca.
Su receta para que la UE no pierda peso económico frente a Estados Unidos, China o India es más mercado único. ¿Cuáles son las reformas más urgentes?
—Tenemos una moneda única en un mercado donde funciona muy bien la libre circulación de personas y bienes. El problema es que los países miembros decidieron en su día mantener fragmentados y dentro del ámbito nacional unos mercados fundamentales para nuestra competitividad, como son los de energía, telecomunicaciones y servicios financieros. El gran reto de Europa es la seguridad. Y cuando hablo de más seguridad no solo me refiero a armas, sino a independencia energética, un mercado financiero fuerte, una mejor conectividad y no ser una colonia de Estados Unidos. De ahí que el punto principal de mi informe sea decirles a los líderes europeos que tener una moneda única y 27 mercados fragmentados en sectores cruciales para la competitividad hace de Europa una colonia de los Estados Unidos.
En su informe señala las transiciones verde y digital, la ampliación con Ucrania y los Balcanes y el aumento del gasto en defensa como los grandes retos para Europa ¿Está preparada Europa para afrontarlos con garantías?
—Quién más está impulsando la unión en Europa es una persona que no es del continente y se llama Donald Trump. La presión intensa que el presidente de Estados Unidos está ejerciendo sobre la UE es la clave para comprender que solamente la integración puede ayudar a los europeos a reaccionar. Porque Trump aplica la ley del más fuerte y está claro que los 27 países miembros de la Unión Europea van a perder contra él si intentan gestionarlo de manera individual. Tenemos un ejemplo con los aranceles al vino, que afecta directamente a países como España, Francia e Italia. El riesgo es enorme y tenemos que reaccionar juntos. No solo políticamente, sino integrando los mercados para ser más fuertes. La fragmentación de los mercados de telecomunicaciones, energía y finanzas debilita a las empresas europeas porque no les deja crecer en tamaño y son demasiado pequeñas para competir a escala global y esta debilidad está ayudando a los americanos.
Todas las reformas y retos que refleja en su informe requieren más inversión. ¿Cómo lo pagamos?
—La fórmula de la que hablo en mi informe es crear lo que yo llamo la Unión del Ahorro y de las Inversiones. Estados Unidos tiene un mercado financiero enorme, único, integrado y muy poderoso, con grandes inversiones privadas, por eso nos llevan ventaja en inteligencia artificial o en el sector aeroespacial. Estoy muy contento porque Von der Leyen ha tomado mi idea de construir un único mercado financiero europeo capaz de movilizar grandes capitales privados que ahora están durmiendo en los bancos o bien se van a Estados Unidos. Unos 300.000 millones de ahorros de los europeos dejan el continente para ir a los Estados Unidos a fortalecer las empresas de este país. Ese dinero regresa luego a Europa para comprar nuestras empresas. Esto es una locura total, un suicidio europeo. La fragmentación europea ayuda a los americanos en finanzas y a los chinos, en la industria de manufactura. Necesitamos unificar y transformar los ahorros de los europeos en inversiones para los bienes públicos y también para defensa, como hacen los americanos.
La piedra angular sobre la que se construyó el mercado único europeo fueron las llamadas cuatro libertades: capital, bienes, servicios y personas. Usted propone una quinta, la de investigación. ¿Cómo se materializa esa idea?
—Es una idea que necesita, en primer lugar, de una transformación cultural en el ámbito europeo, porque hasta ahora la educación es una competencia exclusivamente nacional. La consecuencia de esto es que no tenemos, por ejemplo, un diploma europeo, sino diplomas nacionales que tienen muchos obstáculos para que tengan un reconocimiento mutuo en los diferentes países miembros de la Unión Europea, como vemos con los investigadores. El primer tema es cómo integrar el mercado único de la investigación. El segundo es cómo hacer de esta quinta libertad la bandera de esta legislatura europea, y para eso las inversiones públicas y privadas deben estar dirigida a los grandes temas de futuro, como por ejemplo, la Inteligencia Artificial. Otro punto importante es hacer que los centros de investigación europeos crezcan en tamaño para competir a escala global, porque ahora son demasiado pequeños y esto facilita a los americanos el trabajo sobre integración y dimensión. Y otro aspecto muy importante es cómo incentivar fiscalmente las inversiones privadas en la investigación. Por eso es necesario un gran compromiso europeo de todos los países para que la investigación sea la principal bandera de la Comisión Europea en esta legislatura.
¿Por qué Europa no es un continente para startups?
—Hay un problema cultural, y es que en Europa existe un estigma sobre el fracaso. Si una empresa fracasa, parece el final de todo mientras que en EEUU si se fracasa, se vuelve a intentar. Y además, buscan dinero para hacerlo, lo que en Europa no existe porque no tenemos un mercado financiero único, sino pequeños mercados financieros nacionales que no tienen capacidad para hacer según qué inversiones.
¿Cómo es posible aplicar sus propuestas para potenciar la dimensión supranacional europea sin eliminar los derechos de veto de los países miembros?
—Para las decisiones sobre el mercado único es suficiente con el voto de la mayoría. No es un problema técnico, sino de compromiso político. Y en este sentido quiero destacar la iniciativa de liderazgo que ha tomado el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Cuerpo, para convencer a los grandes países europeos de la necesidad de integrar mercados y capitales y superar los obstáculos que algunos pequeños países están poniendo. Si los cinco grandes países europeos están de acuerdo y deciden hacer el mercado único de los capitales, o como yo lo llamo la Unión de Ahorros e Inversiones, puede ser un éxito.
Para elaborar este informe ha viajado a 65 ciudades. ¿Qué sensación le ha trasladado toda esta gente con la que usted ha hablado respecto a Europa?
—Una vez más, se demuestra que la gente va por delante de los líderes políticos. Trabajadores y sectores económicos entienden que la integración es necesaria. Para el nacionalismo son importantes los símbolos, pero éstos no deben obstaculizar el mercado único, porque si no, estos símbolos son solamente un regalo a Trump, a Wall Street y a los chinos.
La ultraderecha nacionalista se expande y habla de la Europa de las patrias. ¿Cómo frenarla?
—Mi informe no es ideológico ni va en contra de los Estados miembros. Es un informe pragmático sobre temas concretos que habla, entre otras cosas, de superar barreras nacionales y ayudar a las empresas a ganar en competitividad. Muchos líderes soberanistas me han dicho que no están en contra de las ideas que expongo en el informe porque también quieren un mercado más eficiente. Es importante que trabajemos sobre cuestiones muy concretas en las que todos puedan estar de acuerdo, como la creación de un código único europeo de derecho mercantil que supere las barreras nacionales, porque es una factor que limita el crecimiento de las empresas, y que ayude también a las pequeñas y medianas empresas.
¿Qué le motivó trasladarse a Madrid como decano de la Escuela de Política, Economía y Asuntos Globales de la IE University?
—Me encanta España y considero que ahora mismo es el país más dinámico de Europa. Soy el fundador y organizador del Foro de diálogo Italia-España desde hace 20 años y veo este país como un gran líder económico y cultural de la UE. Para mí fue una decisión muy fácil porque soy un enamorado de España desde hace 25 años. La IE University me ha ofrecido una oportunidad única y estoy muy contento de vivir en Madrid, lo que me da la posibilidad de visitar España e ir a Palma próximamente.
En la universidad está en contacto con jóvenes. ¿Qué mensaje les da a los que ven un futuro muy incierto?
—Creo que los jóvenes europeos tienen todos las habilidades para ganar en el mercado global. Mi mensaje es de gran confianza. Si construimos una Europa más eficiente, concreta y pragmática, los jóvenes tendrán un gran éxito desarrollando sus habilidades.
Siempre ha mencionado a Jacques Delors como una gran inspiración para usted. ¿Cuál es el mejor consejo que le dio?
—Siempre me dijo que no debemos ser ni optimistas ni pesimistas, sino activistas. Es fundamental ser activistas.