Muy señor mío. Deseo responder a cuantas cuestiones formula, aunque algunas sean retóricas para poder proseguir en su ascenso por la escalera de inferencias. Primeramente le diré que, he llegado a la conclusión de la debilidad de la docente referida por los hechos relatados en la circular. Tenía una sospecha pero el texto de la misma, que pretende apoyarla, lo torna evidende. El texto confirma que, la profesora tras no conseguir que los alumnos acataran el reglamento interno abandona la clase y va en busca de ayuda, apoyo, refuerzo, llamémoslo como queramos, al claustro. En ese momento, justo en ese instante es cuando, en mi opinión la profesora evidencia haber perdido los papeles. Nunca, nunca, jamás el que está a los mandos se puede permitir perder los papeles; y ya no digamos admitirlo de forma tácita. Repito; si yo me hubiera encontrado en sus zapatos jamás habría actuado de esa forma. Lo sé por experiencia. "No és molt viva aquesta doneta". Ella no es el primer docente que se encuentra en esa tesitura, ni será el último. El motivo es lo de menos. Todo esto de la bandera para mí es accesorio; no tiene ninguna importancia. Mañana será por otra cosa. Lo que está clarísimo desde el principio, es que los chicos (que también lo he sido) buscaron, encontraron, y explotaron donde pinchar. Decirle que siendo alumno también lo hice, lo que no había eran redes sociales, pero volaban borradores (alguno con asidero de madera), y de tanto en cuando un par de guantazos. Siendo alumnos, los de mi generación, fuimos muy reivindicativos. Como todos los adolescentes, eramos rebeldes sin causa fuera de nuestra situación hormonal. Pero tuvimos la suerte de vivir un momento que nos permitió canalizar esa rebeldía de forma útil. No había redes, había regla, y guantazos. Al despacho del tutor se te llavaba por una oreja. Acabada la primera parte en el colegio, seguía en casa con la segunda parte, después de entregar el sobre dirigido a tu padre. Con lo anterior quiero dejar claro que, a pesar de eramos muy conscientes de que nos la jugábamos, seguíamos tocando las narices a quien podíamos. A quien no podíamos, no. Yo también fui monstruito. Esa forma de ser continuó también en la univedsidad, no había ni una red social, lo que había era una brigada político-social, mamporros y cuartelillo. Con el tiempo llegué a dar clases particulares, y en una academia en Barcelona. También alumnos han ido a por mí, nunca lo consiguieron. Había tomado buena nota de todos aquellos profesores a los no nos funcionó lo de tocar las narices. Tal vez me he extralimitado al decir que la persona en cuestión no está capacitada, no es correcto ponderar hoy con un criterio del ayer. Diré que es una persona con un punto débil, facilmente explotable, que los alumnos lo encontraron y otro punto débil suyo inició el resto. A veces pienso que más valía un mundo sin redes sociales. Discrepo en que "ella no es nadie para imponerse". Los profesores y maestros que impusieron en mí su voluntad de hierro con guante de seda, han sido referente profesional durante toda mi vida laboral. Con ellos aprendí que la voluntad no se impone, se transmite. Cuando se hace bien el alumnado la hace suya con facilidad extrema. Nunca el que está a los mandos debe mostrar signos de debilidad aunque esté muerto de miedo. Es un tema de liderazgo. Para finalizar deseo afirmar de forma categórica que yo no me posiciono en ningún bando. Está claro en mi escrito anterior, e insisto en ello; los alumnos actuaron mal. Merecen ser sancionados. Pero la reponsable de que un pulso al docente (un clásico) tomara el rumbo que lo ha conducido a este sisentido, es la profesora seguida de la dirección del centro; por no saber manejar la situación; por no actuar de forma inteligente y no evitar que el encendido de una cerilla se convirtiera en un incendio. De eso no se puede responsabilizar a los alumnos, porque son eso, alumnos, ni siquiera son adultos, y no están acabados de formar; están en ello. Lo que me resulta entristecedor es ver a tantos y tantos supestos adultos ponerse a su nivel. Y me reitero, de haberlo intentado conmigo se podrían haber encontrado con dos posibles caminos o intento ganármelos, los crujo sin estridencias. Tenga un buen día.
CococolasHa dado usted en la diana.