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Durante la jornada de ayer no se hablaba de otra cosa. Médicos, enfermeros, técnicos, auxiliares y personal hospitalario no daban crédito a la noticia publicada por Ultima Hora, en referencia a la usurpación de funciones de un presunto enfermo mental que se hizo pasar por médico y que realizó ocho guardias en ambulancias del 061, sala de control y un hospital.
El conseller de Salut i Cosum del Govern balear, Vicenç Thomàs, en rueda de prensa, tuvo que salir al paso de las acusaciones de sindicatos, colegios de Médicos y de Enfermeros, entre otros colectivos, debido a la gravedad de los hechos y relató: «El falso doctor nunca tuvo un contrato en el 061, ni ha realizado en ningún momento una asistencia directa a los ciudadanos».
Este punto es desmentido categóricamente por el personal sanitario que afirma que, «al conseller, la gerencia del 061 le está tomando el pelo. Él ha sido médico y sabe perfectamente que el impostor trataba a los pacientes y que todo lo denunciado es totalmente cierto».
Thomàs, en rueda de prensa, prosiguió diciendo: «Hemos abierto una investigación interna y espero que la misma nos aclare los aspectos de mejora que debemos tener para que estos hechos que preocupan al Servicio de Salud no puedan volver a suceder».
Dimisión
La Federación de Sanidad de CCOO pidió ayer en un comunicado la dimisión «inmediata» del gerente del servicio de emergencias sanitarias 061 en Balears, después de que un presunto enfermo mental se hiciera pasar por médico y fuera admitido como aspirante a ocupar un puesto en este área de salud pública.
El sindicato considera el hecho de que un hombre con problemas psíquicos se hiciera pasar por internista y llegara a realizar hasta ocho guardias en el 061 es «grave», dado que supone un riesgo para los usuarios del servicio. «Es escandaloso que no se verifiquen los datos ni se pida la documentación acreditativa para ejercer la medicina a los aspirantes».
Por otra parte, desde el 061 afirmaron: «Los responsables de la investigación han pedido un informe detallado y por escrito a todos los médicos titulares que iban en las ambulancias. Los responsables deberán testificar que el supuesto impostor no tocó nunca a un paciente (como así lo han hecho de palabra). En caso contrario será, única y exclusivamente, su responsabilidad e incluso podrían perder la licencia. Que conste que no es una coacción, sólo un acto de responsabilidad». De esta manera, algunos facultativos consultados manifiestan: «Los médicos han recibido presiones. Es increíble».
Jaume Ripoll, gerente del 061 declinó, a través del gabinete de prensa, hacer ningún tipo de declaraciones.
Por otro lado, el Colegio de Médicos de Baleares anunció que se presentará como acusación particular en la causa.
El Satse (sindicato de enfermería) ha señalado que el hecho de autorizar «a un enfermo mental a estar presente y actuar en las ambulancias medicalizadas no tiene precedentes, más cuando se trata de una profesión en la que las exigencias a nivel de titulación, acreditación y colegiación son ineludibles. La negligencia de la Administración al autorizar las actuaciones médicas de una persona sin acreditar ni su identidad, ni su titulación ni su situación legal. Además ha puesto en situación de grave riesgo a los pacientes atendidos, así como a los profesionales sanitarios médicos, que debían asumir la responsabilidad de los actos del intruso».