Instalación del 'tornaveu' que se podrá ver hasta octubre. | Jaume Morey

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El tornaveu del púlpito mayor de la Seu, al igual que el baldaquino, fue uno de los bocetos de Gaudí para el templo que se quedaron en maqueta. A pesar de ello, al igual que el segundo cuelga hoy en el centro del altar mayor, el primero se instaló y cumplió su función de altavoz hasta 1971. Ahora, el tornaveu regresa a su lugar original en forma de copia de aquella maqueta que, finalmente, desapareció.
Posiblemente a finales de este mes se inaugurará oficialmente la réplica del tornaveu que unos operarios instalan estos días en la Catedral, en su lugar original, ante el asombro de los turistas.
Se trata de una maqueta en madera y polietileno que reproduce la que Gaudí creó a base de formas alabeadas (combadas) en chapa de madera y que, por su forma de seta, en aquel tiempo se conocía coloquialmente con el nombre de esclata-sang. Este tornaveu, compuesto por cuatro elementos iguales, tenía la función de hacer de altavoz del predicador dirigiendo el sonido hacia cuatro puntos del espacio y Gaudí lo había concebido con abundante decoración. Fueron las autoridades civiles de la época las que sugirieron al Cabildo que lo retirara por dos motivos: porque sólo era un maqueta y porque se creía que ya no resultaba de utilidad puesto que la Seu ya disfrutaba de instalación sonora.
La reproducción del tornaveu surgió en el entorno del Colegio de Arquitectos y de la Conselleria de Obres Pùbliques y su materialización se debe al arquitecto Elías Torres. El Cabildo ha dado permiso para que se ubique en el púlpito mayor, en lo que se denomina el lado del Evangelio, y que permanezca allí hasta el próximo mes de octubre.
Dentro de su intervención global en el interior de la Seu, Gaudí también se encargó del diseño de la acústica, plan del que también formó parte el tornaveu del lado derecho del altar mayor, el de la Epístola, que sí se ejecutó.