Ratas bebiéndose el agua de los gatos. | Yuli

Barrio de Son Oliva, Calle Gumersindo, 33. En este solar hay un incremento de ratas y gatos viviendo como una gran familia, motivado por el hecho de que una vecina, cada día les da de comer a estos últimos, dejando los restos de la comida y botellas cortadas con agua a modo de bebederos, esparcidos en este punto y en la vía pública debajo de los coches. Creando un aumento de estos roedores y un foco de infecciones, además de otras malas hierbas que un día serán presa del fuego. Los responsables directos de este abandono deberían hacer algo al respecto. No entendemos cómo el Ayuntamiento de Palma permite que este solar se encuentre en semejantes condiciones, ya que además está ubicado «a escasos metros de un colegio» y por donde transitan la mayoría de los vecinos del barrio. Esperemos que un día no haya una desgracia.