Una puerta llena de pintadas. | Juan Cardona

Si queremos que Palma sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad, no podemos seguir con los actos incívicos de quienes pintan todas las paredes y puertas. Ni tan poco, de los que ensucian las calles con restos de chicles u otros residuos que menoscaban nuestra ciudad. Se precisa una atención más directa por parte de los regidores de nuestro Ayuntamiento.