Sobre la arena de la playa de Magaluf se instaló en mayo una caseta con dos baños públicos de pago (0,50€ por servicio). Un único cartel del 112 indica el servicio de asistencia, pero las dos puertas permanecen cerradas siempre. En una de ellas duermen los encargados de la playa, en la otra no responden. Heridos, enfermos y descompuestos deben recurrir a los vecinos. No hay alcantarillado, ocupa la zona de arena y centraliza la actividad de prostitución nocturna.