A diario no dejan de entrar y salir coches de una "calle peatonal" en el centro de Alcúdía. Muchos de ellos, la gran mayoría, van a la guardería que hay justo enfrente de mi casa y se paran delante de mi ventana, muchos de ellos con el motor en marcha y la música a tope sin que nadie haga nada a pesar de los cientos de quejas que he hecho.