Víctor Malagón
Víctor Malagón

Periodista especializado en tribunales

La guerra del aire

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Será que ha empezado el Tour y que no se atisba un francés que pueda ganarlo, y van cuarenta años, pero andan más allá de los Pirineos en un debate interesante. Les ha pegado fuerte la ola de calor con la que terminó junio y empezó julio. En París andaban a 37 grados y a tal temperatura no entran los croissant ni hay baguette que resista. Les falta costumbre y además del hábito resulta que les faltan aires acondicionados. Parece ser que en Francia solo están dotadas de estos aparatos una de cada cuatro viviendas, cuando en España son seis de cada diez.

Ahí es donde se ha desatado la polémica y es un debate interesante. La líder de la oposición francesa, Marine Le Pen, muy de derechas, ha reclamado al gobierno de Emmanuel Macron, un plan nacional para que los franceses puedan instalarse un aire acondicionado en casa. Clamaba Le Pen, que siempre clama, que mientras los privilegiados están fresquitos con sus aires, el pueblo pasa calor. El Gobierno ha respondido que hay otras medidas posibles para mitigar el impacto de la canícula y los ecologistas han concluido que el aire acondicionado es facha. Sostienen que no resuelve el problema porque contribuye al cambio climático a la vez que las máquinas ayudan a subir la temperatura en las ciudades.

Lo curioso es que haya una ofensiva de Le Pen para poner el aire: viene a ser un asimilar que el cambio climático va a más pero sin querer arreglarlo más allá del parche. Lo envidiable es que exista un mínimo debate antes de lanzarse a poner aires por doquier. También porque aún no se haya convertido en algo imprescindible para poder habitar el hogar de cada uno. En otros lugares, como este, no hay discusión posible. El aire, más o menos facha es una herramienta necesaria. Otra cosa es cuánto, durante cuánto tiempo y con medidas para aislar mejor las viviendas y en eso, no hay mucha marcha atrás.