Javier Jiménez
Javier Jiménez

Subdirector de Ultima Hora

El socorrista

TW
0

Mi querido amigo Rafa Ruiz, sufrido socorrista de las piscinas municipales del IME de Palma, estaba acostumbrado a rescatar a bañistas a punto de ahogarse, cosas de su trabajo. Pero a él nadie le echó un salvavidas cuando su alquiler se disparó como un cohete de Elon Musk y la cesta de la compra se le puso cuesta arriba, como si escalara el Puig de Massanella en cada visita al súper. Y hablamos de él en pasado porque el bueno de Rafa ya ha cumplido 65 años y ha pasado a mejor vida. No es que haya ascendido a los cielos, afortunadamente, que además él no es demasiado creyente; sino que cuando llegó a la edad de la jubilación, hace unas semanas, puso pies en polvorosa y le hizo una peineta como una piscina de grande a los políticos de nuestro país. Merecida, sin duda. Pero como buen isleño, Rafa ha desarrollado un instinto de supervivencia casi arácnido, y al ver que esta tierra de fenicios, romanos, musulmanes y ahora turistas lo expulsaba con sus precios de pijos y nuevos ricos buscó en el mapa y descubrió que, aunque no lo parezca, hay vida fuera de ‘sa Roqueta’. Y que incluso con los 1.250 euros que le ha quedado de pensión tras 45 años cotizados puede mantener la dignidad que peligraba en Mallorca. Su destino ha sido Tailandia y aunque el socorrista no entiende ni papa del idioma local, ha sido acogido por sus vecinos como uno más, sin fantasmas alemanes que te arrollan con su Porsche bajando de Son Vida. O pijazas suecas que pasean con pamela por El Portitxol. A Rafa, el socorrista palmesano, le ha salvado la vida un país asiático. Y ya no se ahoga.