Pau Faner
Pau Faner

Escritor

Una hora duerme el gallo

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Una hora duerme el gallo, dice el refrán; y ocho el estudiante. Pero ahora que acaban de celebrarse las pruebas de acceso a la universidad, muchos habrán dormido algo menos. Es proverbial la figura del estudiante que no trabaja demasiado en todo el año y que en vísperas de los exámenes realiza un esfuerzo casi sobrehumano para aprobar. No es fácil, ni siquiera recomendable. Entonces ocurre lo que suelen decir, que llevan los conocimientos prendidos con alfileres, con lo que cuando han pasado las pruebas se desprenden muy fácilmente.

Después viene lo que viene y es que más de un 30 por ciento de los estudiantes no finaliza el grado que empezó y el 21 por ciento abandona la universidad sin obtener un título. En eso influyen los planes de estudio, la falta de orientación previa o el coste económico, entre otras cosas. Pero además no todos los que terminan encuentran trabajo en su especialidad. Esto ocurre más en las carreras que se califican como «con menos salidas laborales» como Historia del Arte, Filosofía, Bellas Artes, Geografía y Ordenación del Territorio o Turismo. Por el contrario, también existen carreras con buenas perspectivas de empleo como Ciencias de la Salud, Ingeniería, Medicina, Óptica y Optometría, Podología, Ingeniería de Software y Aplicaciones, Ingeniería Electrónica o Ingeniería de Telecomunicaciones.

Pero antes hay que pasar las pruebas de acceso a la universidad, que son una especie de purga en más de un sentido. Algunos estudiantes confiesan que les cuesta, mientras que otros son capaces de aprobar con el maratón de estudio de los últimos días. Porque el refranero también dice: l mucho estudiar, si no hay buena cabeza, es pura simplicidad. Y después viene la vida, que tal vez sea la asignatura más difícil.

Hay que tener mucho temple para cargar con todo y superar los «sinsabores», que decía mi amigo. La vida no se mide por títulos académicos, se precisa voluntad, capacidad de adaptación, dominio emocional, mentalidad positiva, autoconfianza, apoyo social y hasta desparpajo y saber echarse a la espalda los fracasos que a todos nos aguardan.