Víctor Malagón
Víctor Malagón

Periodista especializado en tribunales

El traductor universal

TW
0

Parece un invento que llegará en poco tiempo. Ya hay cosas en esa línea y mejorará: aplicar la inteligencia artificial para traducir cualquier idioma del mundo de forma automática. Usted se irá de vacaciones a Hungría, Tailandia o donde sea y podrá comunicarse sin problemas con los lugareños que le entenderán sin más obstáculo, gracias a cualquier aparato pequeño. O podrá hablar a través de la pantalla con un interlocutor sin necesidad de haberse apuntado a una academia de inglés ni haber pasado en ella media vida, esa costumbre española de estudiar toda la vida ese idioma sin conseguir aprenderlo. Una revolución no muy lejana que, en tiempos más optimistas, sería saludada como un sueño. La comprensión sin barreras entre toda la humanidad. Un triunfo de la razón como pocos para trasmitir saber y conocimiento. Ser políglota será un lujo; traductores e intérpretes reducidos a la cultura más refinada donde el matiz humano sea imprescindible. Sin embargo, aún cuando eso ocurra, se convocará en España una conferencia de presidentes y alguien montará un lío similar al ocurrido esta semana protagonizado por la presidenta madrileña, que se ausentó cuando el representante vasco empleó su idioma, algo que ya había anunciado previamente que haría y que no dejaba otra opción a los presidentes de autonomías con idiomas propios que hacer uso de su lengua. El traductor universal llegará en breve y será útil a quien quiera entenderse. No servirá de nada a quien se sume a una conversación con la única intención de hacerse notar. Quizá no sea el foro adecuado esa extraña conjunción de conferencia de presidentes pero lo evidente es que para que una comunicación tenga éxito lo primero es querer comunicarse. De ahí que la abolición de las barreras lingüísticas tampoco augure una era de paz y comprensión universal.