Manuel Aguilera
Manuel Aguilera

Periodista y Doctor en historia

Razones para ir al Mallorca Live

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Déjenme hablar esta semana del problemón en el que se han metido algunos festivales de música en España. Resulta que bandas y público han iniciado un boicot al FIB, Viña Rock, Sónar y otros 20 más porque pertenecen a un fondo de inversión presuntamente proisraelí. Esto huele a principio del fin de negocios históricos con cientos de miles de clientes. Por suerte, el escándalo no salpica a nuestro Mallorca Live y esto es ya una razón de sobra para asistir.

El asunto es muy grave. La globalización nos lleva a veces a paisajes insólitos. El fondo de inversión estadounidense Kohlberg Kravis Roberts (KKR) compró el verano pasado la empresa propietaria de 25 macrofestivales españoles. Hasta ahí todo bien, más que nada porque a nadie le importó. El Viña Rock, el evento musical posiblemente más de izquierdas y propalestino del país, reunió hace tres semanas a 240.000 personas. Un récord absoluto en su historia que lo coloca como el tercero más masivo. La bomba cayó unos días después de desmontar los escenarios. Varios diarios desvelaron que KKR invierte en ciberseguridad israelí y todo el mundo se echó las manos a la cabeza: «¡Estamos colaborando con la masacre en Palestina!». La globalización es eso: ondear una bandera palestina en un concierto mientras financias, sin saberlo, a tu enemigo.

En las dos últimas semanas, más de 80 bandas han comunicado su boicot. Entre ellas está el cartel completo del Viña Rock, así que el año que viene no irá nadie. Algunos festivales han reaccionado manifestando su «solidaridad con Palestina», pero de poco va a servir. Esta bola de nieve va a seguir creciendo y la gente tendrá que moverse hacia marcas más limpias.

Y ahí es donde entra el Mallorca Live. Este festival que se celebrará el próximo 12-14 de junio en Magaluf pertenece a un promotor nacional, Álvaro Martínez, y a varios inversores difíciles de detectar. Según me informa su responsable de comunicación, nada que ver con KKR, así que todo bien.

La marca cumple una década y no ha dejado de crecer. Ya superan los 60.000 asistentes y en esta edición incluso tendrán un escenario financiado por el Govern balear. La inquietud del Mallorca Live es otra. Muchos fieles están cabreados con el precio de los abonos y la flojera de los cabezas de cartel: Nathy Peluso, Massive Attack e Iggy Pop. A fuerza de montar algo ecléctico, para todos los gustos, han conseguido un menú descafeinado. Además, los hoteles han disparado sus precios. Qué tiempos cuando por 40 euros teníamos habitación con todo incluido justo al lado del festival. Ahora nos piden 200 por lo mismo.

Yo sí voy a ir y les voy a decir por qué. Primero: porque siempre lo he pasado bien, al margen de las bandas que tocan; segundo: porque la mezcla de estilos permite llevarte algunas sorpresas; y tercero: porque quiero que siga existiendo. Gracias al Mallorca Live he podido ver a míticos como Prodigy, Blondie y Lori Meyers. El cartel que más me gustó fue el que suspendió la pandemia, con Marilyn Manson y Carolina Durante, así que confío en que vuelvan a invitarlos. Sin banderas ni malos rollos, por esta vez.