Adiós moratoria
Esta primavera, finalmente, nos ha traído un levantamiento de moratoria turística que tenía parado nuestro principal motor económico tras un largo periodo de inacción y de discutir sin plan todas las maldades (o externalidades negativas) del turismo; como si no existiera el bienestar que nos ha propiciado (no importa repetir cómo sufragamos la sanidad pública y tantas otras prestaciones). No defender las moratorias nos convierte en despiadados liberales y quienes sí las defienden seguramente no tendrán en cuenta la propia naturaleza y exigencias que conllevan estas técnicas (en las que incluyo las prohibiciones). Algunos las eternizarían como justificación a su falta de respuesta a los problemas y, por lo tanto, que se haya levantado nos lleva a pensar que pronto se pondrán en movimiento unas medidas que ojalá sean soluciones que nos lleven a un nuevo escenario (no hay mayor sinsentido que esperar para nada). Parece que ya tenemos los datos y la radiografía y ahora es el momento de solucionar los muchos retos que se plantean a diario en nuestras islas. Les pregunto si están de acuerdo con una ‘paralización’ (que sería la medida más radical ante cualquier actividad económica) y que esta pueda ser utilizada como ‘medida cautelar’ mientras diagnosticamos un problema y sus posibles soluciones. Al sector político hay que pedirle previsión y en cualquier caso máxima eficacia mientras cualquier sector a replantear sigue su camino. Obviamente todo queda condicionado por la visión que se pueda tener del presente que es objeto de intervención. A veces desde el sesgo o la presión social es imposible ser objetivo y ello supone un buen trabajo por parte de los lobbies o los grupos de presión (en estas islas unas decenas de personas detrás de una pancarta ya son consideradas como tales). Por ejemplo, cuál es su reacción ante esta afirmación: Las plataformas de VUT han introducido competencia en el sector turístico, han maximizado las posibilidades de explotación de los bienes inmuebles y han generado crecimiento y oportunidades económicas para los oferentes y usuarios (no olvidemos targets como las familias, que no pueden acceder por precio a alojamiento hotelero para todos sus miembros). Y, obviamente, todos tendremos muy presentes estas tres externalidades negativas: reducción de la oferta de vivienda residencial, gentrificación de las zonas más turísticas de nuestras ciudades o molestias para los vecinos. Por todo ello las ciudades van hacía un monocultivo hotelero del alojamiento en las ciudades (eliminando las estancias en edificios plurifamiliares). Y ello ocurrirá incluso cuando los informes económicos no son concluyentes sobre el grado de responsabilidad en las dificultades de acceso a la vivienda y ordenación urbana derivados del mal llamado alquiler vacacional. Los datos (Portal Barcelona Dades de su ayuntamiento o Índice Fotocasa) demuestran un escaso impacto en los precios del alquiler de las moratorias de licencias turísticas en Cataluña (desde 2014) o Baleares con lo que la moratoria además de no proporcional no parece que haya obtenido el resultado que la debería justificar. Ojalá cambiemos el prohibir y parar por legislar con estrategia, consenso y tino.
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2 comentarios
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Hay mallorquines que hasta se lucran destruyendo el paisaje, con placas solares.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Se puede tergiversar, manipular la reflexión que se pide sobre los recursos limitados de cualquier espacio, la solicitud de gestionar en lugar del descontrol al que estamos acostumbrados, pero la realidad sigue ahí y podemos ocuparnos de ella (llegamos tarde) o continuar nuestro proceso de muerte por éxito.