El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue deambulando por el poder como si atravesara un campo de minas. El funambulismo político al que le someten sus propios socios, en buena medida gracias a su negativa a mantener el más mínimo contacto con la oposición, proyecta una imagen de soledad que él debe pensar que le acabará beneficiando en las urnas. Al menos eso es lo que parece. Es la única explicación lógica. Los beneficios laborales públicos obtenidos por su hermano músico en Extremadura le llevan al banquillo, como ya ocurrió con el ‘caso Juan Guerra’ en los comienzos de los años 90 y que provocó la dimisión del entonces todopoderoso vicepresidente Alfonso Guerra. Aquí, de momento nada.
el otro asunto que también se tuerce es el de la mujer del presidente, Begoña Gómez, a la que el juez Juan Carlos Peinado tiene entre ceja y ceja como presunta autora de varios delitos, entre ellas el de tráfico de influencias. El tema parecía que no tenía recorrido, pero las pesquisas judiciales sacan a la luz relaciones cuando menos sospechosas de la señora Gómez para la obtención de supuestos beneficios con decisiones del Gobierno. Hasta ahora, Pedro Sánchez sólo ha reaccionado tomándose cinco días para reflexionar y concluir que España le necesita.
la cosa no acaba ahí. Los ministros de diferentes partidos que cohabitan en el Gobierno se muerden con fiereza ante la indiferencia presidencial. Los motivos van desde un apagón universal del país, los negocios militares con Israel o el incremento del gasto en defensa, entre otros. Aquí, el único que siempre gana es Puchi desde Waterloo. Con claridad meridiana, la portavoz en el Congreso de Junts, Miriam Nogueras, asegura que Catalunya se lleva el 20 por ciento de cualquier dotación del Estado, con independencia del concepto. Como es fácil suponer todo el rebaño socialista –con Sánchez en primera línea– abreva con una mansedumbra a la que no es fácil acostumbrarse. Pronto llegará la guinda del pastel, cuando el presidente del Gobierno español sea recibido por Carles Puigdemont en Bélgica. Será el precio de los presupuestos.
en condiciones normales, con un mínimo de dignidad política, Pedro Sánchez habría dimitido o convocado elecciones. Esta opción no figura para quien su único objetivo es permanecer en el poder, más cuando adivina signos de debilidad en sus adversarios directos. El espectáculo continuará.
Universidades privadas
El govern quiere ampliar la oferta académica en Balears con la implantación de dos universidades privadas, así lo ha expresado el conseller Antoni Vera, muy crítico con los recortes que quiere imponer el Gobierno central con nuevas exigencias. La izquierda resuelve de manera drástica su incompetencia como gestora de la Administración, cuando no es capaz de controlar la calidad de la enseñanza en los centros privados opta por el bloqueo de sus proyectos; la excusa no es otra que la defensa de la enseñanza pública. La existencia de chiringuitos en la oferta universitaria privada sólo se entiende por la ineficacia en el control de la inspección. Así de claro.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Siiiiiiii, lo del hermano de Sánchez lo tiene súper acorralado, además con alevosía y nocturnidad... antes de que lo nombrarán presidente ... vaya fenómeno. Y lo de su mujer, vaya filón está encontrando el juez, por eso no para, está todo tan atado que no va a parar hasta que haya interrogado a todos los españoles. Jajajajajaja, por el mar corren las liebres, por el mar corren las liebres ...