El paréntesis

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PERSEGUIR las plazas turísticas ilegales, poner freno al aumento en verano del número de vuelos hacia aquí, reducir el total anual de visitantes, limitar el acceso a determinadas zonas en la temporada alta, imponer nuevas tasas a sectores y/o actividades, incrementar el impuesto sectorial, minimizar el alquiler vacacional de casas y pisos, poner tope al aumento de la población, prohibir la venta de inmuebles a extranjeros, no residentes y/o extra comunitarios o a éstos multiplicarles el gravamen sobre las adquisición de propiedades isleñas, convertir hoteles en viviendas, controlar la actividad de todas las empresas de alquiler vacacional que operan sobre Baleares, expropiar pisos, castigar a los propietarios de moradas sin alquilar, aumentar la oferta inmobiliaria a cambio de multiplicar beneficios de los promotores/constructores, imponer coto legal a los precios del arriendo...

Son algunas de las medidas que se blanden como soluciones ideológicas, casi mágicas, al panorama turístico y habitacional que caracteriza a nuestra región. Ya se han probado legalmente las de topes al alquiler, la de la expropiación –falsa, pues sólo fue temporal–, el castigo a los propietarios, la limitación del alquiler vacacional, el aumentos de impuestos… y ninguna ha funcionado desde 2018 hasta hoy. El crecimiento de la población y del número de turistas siguen rampantes al alza. Si tantas han fracasado, el razonamiento lógico lleva a preguntarse: ¿por qué iba cualquier otra a contener o reducir la población y los visitantes?

TODOS –o casi– sabemos la respuesta. Una región que si fuera un país sería el segundo del mundo en aumento demográfico y a la que este año llegarán 16 turistas por habitante no alcanza esta situación por casualidad. Así se ha querido. Desde 1991 la política económica y turística –la única, impuesta por la derecha y aceptada por la izquierda– ha ido en ese sentido. La semilla se sembró entonces, ahora es cuando recogemos los frutos. Y por supuesto que habrá decrecimiento. En la próxima crisis económica. Claro que, como ya ha pasado antes, sólo será otro paréntesis.