Amaya Michelena
Amaya Michelena

Jefa de sección (Domingo)

Otro más

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Siempre he pensado que cuando un negocio no funciona se debe cerrar y punto. Es triste, es difícil y es traumático a veces, pero debe hacerse. Hay miles de empresarios que se empecinan en sostener con muletas y andamiajes negocios que claramente están en coma… o en muerte cerebral. Leo con pena que la librería Sant Jordi de Barcelona, que anunció su cierre en enero pasado, va a darle una nueva vuelta a su modelo de negocio para tratar de sobrevivir: se convertirá en un espacio donde los libros convivan con la gastronomía. ¡Oh, qué original! Vamos a ver.

¿Libros con olor a fritanga? ¿Borrachuzos cerveceros brindando y eructando junto a las novelas y cuentos infantiles? Por dios, si la gente no quiere leer o no quiere comprar libros para leerlos –me inclino más por esto último a la vista del nivel de pirateo digital de obras literarias–, pues apaga y vámonos. Si lo que atrae a las masas es el picoteo, las copas, el cachondeo… monta un bar. Otro más. Y con terraza que ocupe toda la acera a poder ser.

Es lo que se lleva, España es referente mundial en esto de alcoholizar el ocio. Nos empeñamos en proteger un modelo que no funciona, que ya forma parte del pasado. Antes de la televisión a la carta, de internet y de las redes sociales el libro era una de las pocas alternativas que teníamos para pasar el rato, conviviendo con la radio, el cine, ir de pesca, salir a pasear, coser, pintar. Hoy el mundo es otro.

La mayor parte de nuestra vida la pasamos en un universo virtual. Por suerte, el anunciado Metaverso de Zuckerberg todavía no se ha disparado, pero si media alguna pandemia más, todo se andará. Comer pinchos y manosear libros con los dedos grasientos, la verdad, no lo veo. A ver cómo le va.