Amaya Michelena
Amaya Michelena

Jefa de sección (Domingo)

Caos urbano

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Desde Platón y Aristóteles, hace casi dos mil quinientos años, hasta los socialistas utópicos del siglo XIX, pasando por los renacentistas y los ideólogos de las ciudades-jardín de la Belle Époque, el ser humano lleva milenios intentando diseñar la ciudad ideal, esa trama urbana donde vivir sea fácil, saludable y satisfactorio en todas las facetas de la existencia. La teoría más reciente es la ciudad de los 15 minutos, que pretende que cada vecino tenga a una distancia –a pie o en bicicleta– de un cuarto de hora todos los servicios que necesite, desde su trabajo hasta el supermercado, la farmacia, el centro médico, el parque, la escuela, el polideportivo, los comercios…

Una especie de vida de pueblo dentro de la urbe, nada mal si queremos propiciar lo peatonal, lo verde y el fomento de las relaciones sociales que se han perdido con la atropellada y acelerada vida actual. La idea se ha puesto en marcha en algunas áreas de ciudades nórdicas, París y Barcelona. Se puede ser partidario de un modelo urbanístico o de otro, pero no se puede defender la improvisación y la inercia como inevitables. Lo que ha ocurrido en Madrid con el apagón debe ponernos en alerta. Cien mil personas atrapadas en el metro en el momento del suceso. ¡Cien mil! Miles encerradas en ascensores. Decenas de miles que viven en la periferia o en otros pueblos sin poder regresar a casa porque no había metro ni trenes.

Los niños retenidos en los colegios porque sus padres no podían acudir al rescate… y eso en una capital pequeña, si la comparamos con urbes como Londres, Tokio, Shanghái y tantas otras megaciudades. El mundo está muy revuelto y quizá sea una llamada de atención para repensarnos. ¿De verdad queremos vivir así?