No hay quien lo aguante

TW
1

Estoy bastante harto de la zafiedad de la política actual y de la pérdida de valores éticos y morales en la cosa pública. Les confieso también mi incapacidad para comprender la actitud de gobierno y oposición y la realidad de un gobierno que ha renunciado a gobernar para simplemente mantenerse en el poder.

Es muy posible que esta pérdida de valores sea mucho más amplia en la sociedad actual y que, yo mismo, no me haya enterado muy bien de lo que ocurría en mi entorno. Pero me entristece no poder mantener conversaciones sosegadas como en el pasado con amigos y familiares sin que se produzca un incendio de reacciones airadas y contradictorias.

Pedro Sánchez ha dividido la sociedad entre los suyos y la fachosfera y no hay nada que hacer. Como uno no comulgue con la línea impuesta por el presidente, es acusado de desviacionismo, de haberse corrido a la derecha. ¿No será más bien que Sánchez ha destrozado el PSOE tradicional y que aquellos socialistas que se sentían bien con la socialdemocracia inclusiva ahora se sienten muy mal con el socialismo excluyente?

Me reprochan que sea crítico habitual del PSOE (no es verdad, soy crítico del partido de Sánchez, que no es lo mismo) y que me ‘olvide’ de criticar al PP.

Salvo que yo viva inmerso en una nube opaca, quien gobierna es el PSOE no el PP. La responsabilidad máxima es del partido del gobierno, no de la oposición. Pero resulta que el coro que acompaña a Pedro Sánchez se dedica al ‘tu más’, a hacer de oposición de la oposición, a incumplir mandatos constitucionales como el de la presentación de los presupuestos o a poner en peligro el consenso constitucional.

¿Cómo voy a aceptar un gobierno rehén del apoyo de Bildu («no vamos a pactar con Bildu, si quiere se lo repito») y de un prófugo de la justicia con el que negocia en Bruselas o en Suiza («me comprometo a traer a Puigdemont para que comparezca ante la justicia»)?

Con el acostumbrado ‘y tú más’, alguien me preguntará que opino de los pactos entre el PP y Vox. Pues no me gustan nada, pero Vox no ha roto el consenso constitucional por muy a la derecha que pueda estar ni sus dirigentes han sido condenados por terrorismo ni están imputados por haber intentado un golpe de Estado incruento (lo del golpe de Estado no es invento mío, lo reconoció el propio Sánchez en su día).

¿Qué decir de las disculpas de la vicepresidenta Montero después de la barbaridad que dijo en el caso Alves? Ha puesto un condicional impresentable: «Si de la literalidad de mis expresiones se dedujese que he puesto en cuestión la presunción de inocencia…». Inaguantable.