Miquel Serra
Miquel Serra

Consejero editorial del Grupo Serra

En la ratonera

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Mi tío abuelo Joan Bauzá se marchó a Nueva York a hacer fortuna. La familia dejó de recibir sus cartas en 1921, cuando desapareció para siempre. Más de cien años después, y en una caja con antiguas correspondencias, doy por sorpresa con un sobre pequeñito dirigido a la ‘Srta. Carmen Bauzá, Calle del Mar 84, Sóller’. Parecía una cartita de amor, pero en realidad era de es tio Joan, que se esmeró mucho por escribir con letra pulcra y elegante.

Hay párrafos que conmueven porque nos aproximan a la realidad de los inmigrantes mallorquines de entonces, pero creo que también a los de ahora, a esos que Trump quiere echar. Decía es tio Joan como reivindicando un papel en ‘El Padrino’ mientras el joven Vito Corleone se abría camino, pero a tiros, en Nueva York: «16 de enero de 1921, New York.

Querídisima hermanita, esta ciudad no tiene nada de bonita, al contrario, es muy fea, eso sí, muchos edificios grandes, todo es muy grande, pero sin arte ni estilo. Aquí no existen los amigos ni la familia ni nadie se ocupa de nadie, ni de la vida de nadie, nada más que del dinero que uno tiene en el bolsillo. Si no tienes para comer nadie te brinda un plato, las amistades que uno tiene las conserva hasta que el dinero se acaba, entonces se acaba todo.

Yo vine engañado, pues todo el mundo me decía que New York era muy buena y que se ganaba mucho dinero, pero con el afán de hacerme con unos duritos quedé atrapado en la ratonera (…)». El desgraciado tio Joan y sus sueños fueron devorados. Podríamos culpar al capitalismo salvaje, pero él mismo nos dice que fue la falta de humanidad.