Teresa Riera
Teresa Riera

Presidenta del Consell de les Illes Balears del Moviment Europeo (CIBAME)

Groenlandia en el escenario político

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Desde que ganó las elecciones, Donald Trump viene manifestando su interés por comprar Groenlandia pues considera su control «esencial para la seguridad nacional». No es una idea nueva, desde finales de la II Guerra Mundial, EEUU percibe la isla como una necesidad militar por su ubicación estratégica en el ártico. En 1946 el presidente Truman intentó adquirirla, pero Dinamarca que controlaba la isla desde hacía más de 300 años rechazó tajantemente la oferta. Con Trump la respuesta de Dinamarca y del gobierno groenlandés ha sido un contundente «Groenlandia no está en venta», reiterado tras la reciente visita del vicepresidente Vance a la isla.

Siendo diputada en el Parlamento Europeo visité Groenlandia de la mano de mi colega danesa Britta Thomsen, buena conocedora del territorio. Recorrimos en transporte local hasta donde los hielos lo permitieron; nos entrevistamos con políticos y profesores, con personas nacidas en Groenlandia y con danesas que trabajaban allí. Me quedó claro que los groenlandeses no quieren ser daneses, aunque son conscientes de que dependen de la ayuda económica de este país (el 40 % de sus ingresos) pero, a pesar de la evidente proximidad y presencia de EEUU, tampoco quieren ser estadounidenses: quieren ser independientes y decidir su propio futuro.

Groenlandia fue colonia danesa hasta 1953, año en el que se integró plenamente en Dinamarca. En 1972 entró con este país en la entonces CEE, pero en 1982 tras un referéndum, por mayoría del 53 % decidió separarse. El motivo fueron los desacuerdos en pesca, su principal actividad económica (el 90 % de sus exportaciones). En mi visita me recriminaron los continuos conflictos con nuestra flota que tuvieron su cenit en 1995 con la ‘guerra del fletán’.

En 1979 Groenlandia había conseguido gobierno local y parlamento propio. En 2008 aprobó una ampliación de su estatuto de autonomía que hoy le permite acogerse al derecho de autodeterminación, pero sigue perteneciendo al Reino de Dinamarca con dos diputados en el Parlamento danés.

Al sobrevolar la isla ves grandes extensiones de hielo que cubren el 80 % de su territorio pero, por el calentamiento global, está perdiendo 30 millones de toneladas de hielo por hora, cinco veces más de lo que perdía hace 20 años. El deshielo abre nuevas rutas marítimas y va revelando el tesoro de su subsuelo que incluye los codiciados minerales críticos y tierras raras.

Pero la isla tiene también muchas personas sin hogar y una de las tasas de suicidio más altas del mundo, sin embargo, en las elecciones del pasado 11-M, debido a las ansias de Trump, las cuestiones sociales estuvieron ausentes.