Teoría de la bestia negra

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Bestias hay muchísimas, tanto reales como metafóricas, pero bestia negra cada cual tiene la suya, ya que se trata para él de la encarnación de todos los males, un rencor permanente y personalizado, de ahí que la expresión bestia negra siempre vaya precedida del adjetivo posesivo ‘su’ (es su bestia negra), y sin esa precisión idiomática deja de tener sentido y se convierte en una bestia cualquiera. Por supuesto, mucha gente puede compartir una misma bestia negra (el presidente Sánchez, por así decir, bestia negra del PP y también de su antigua aliada Ione Belarra, psicóloga, que le llamó «señor de la guerra»). Pero incluso así, si es una auténtica bestia negra, lo será de cada uno individualmente y por separado, por motivos estrictamente personales. Que es lo que significa bestia negra. Lo que alguien (es preciso citar a ese alguien) más detesta, ya se trate de persona, grupo, animal o cosa. O fantasma de la mente, aunque a eso no se le llama fantasma negro, sino la misma jodida bestia de la que estamos hablando. Por las novelas, las crónicas deportivas y las noticias de actualidad, sabemos que las relaciones entre cualquiera y su bestia negra son tormentosas, conflictivas y de dependencia, pues si bien prima el deseo de destruir para siempre a esa bestia, paralelamente la necesitan para ser quienes son y fortalecer su identidad. Algunos incluso han llegado a enamorarse de su bestia negra, aunque ese tema lo dejaremos para otra ocasión. Porque a la vista de la tensa actualidad política, he desarrollado (bueno, estoy en ello) una teoría de la bestia negra. Por un lado, está la dependencia mencionada. Por otro, que quien tiene bien localizada una bestia negra, tiene un tesoro político que hay que explotar y extender. Los inmigrantes, por ejemplo, o la lucha contra el cambio climático. Y finalmente, la evidencia de que cualquier sujeto obsesionado en combatir a su bestia negra, poco a poco se irá pareciendo más a ella. La bestia negra del PP no es Sánchez, es Vox, por lo que según la teoría, fatalmente acabarán asociándose. Eso sí, la bestia es la que manda. El PSOE ya lo hizo con Podemos y derivados, su auténtica bestia negra. ¡Y con Junts! Si no puedes vencerla, asóciate. Total, que las bestias negras de cada cuál son las que mandan. Que fastidio de teoría.