Forn Ca l’Amo en Pep, Tiendas Princesita, Son Vivot, Calçats Melchor, Casa Canet, Sa Botiga... El listado de negocios de nuestras Islas que han echado el cierre últimamente encoge el corazón. Con demasiada asiduidad leemos en la prensa el cerrojazo de algún pequeño establecimiento después de décadas -incluso siglos- de intensa actividad. Los cambios de hábitos de consumo o la tendencia innegable al universo online están modificando nuestro mapa urbano a pasos agigantados dejándonos las calles huérfanas de negocios tradicionales.
Sin embargo, el cierre no siempre está motivado por la asfixia de la competencia o las cuentas que no salen sino por la falta de relevo al frente del negocio. Comercios, tiendas, reposterías o talleres (por poner cuatro ejemplos de sectores, aunque hay más) que no encuentran savia nueva que coja las riendas una vez que los propietarios se jubilan.
Muchos de ellos son, de hecho, negocios perfectamente viables: sus números cuadran, su clientela está fidelizada y su futuro iría por autopista si no fuese por la cuestión generacional.
Siempre digo que la Conselleria que lidero -Empresa, Empleo y Energía- es un transatlántico que abarca multitud de competencias, diversas y complejas. Pero de entre los muchos frentes que tenemos abiertos, hay algunos -como éste- que me preocupan especialmente. Porque un negocio es mucho más que una cuenta de resultados: un negocio son personas, son familias, son ilusiones y proyectos de vida. Un negocio son raíces, son modos de hacer las cosas y son la firma que dejamos en la sociedad.
Por ello, desde el Govern de Marga Prohens ponemos en marcha un proyecto pionero, el Plan de Relevo de Negocios, para impulsar la transmisión de negocios viables que están en funcionamiento y así promover la planificación del relevo empresarial revirtiendo el proceso de envejecimiento del tejido empresarial y estimular el emprendimiento.
Es un plan coordinado por la Dirección General de Empresa, Autónomos y Comercio, apoyado en el Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB) y por la Agencia de Desenvolupament Regional (ADR). Su finalidad es poner en contacto aquellas empresas económicamente viables y que están próximas al cierre por jubilación, con emprendedores que están buscando oportunidades de desarrollo de un proyecto empresarial. Además, el plan contempla una línea de subvenciones para hacer frente al traspaso del negocio. Así pues, conjugamos en un solo proyecto empresa, emprendimiento, formación y financiación.
El tejido asociativo balear y todo el ecosistema de apoyo al emprendedor son imprescindibles para identificar necesidades de relevo con oportunidad. Porque somos una tierra de emprendedores, de autónomos, de pequeños empresarios, de gente trabajadora que lucha cada día por su negocio. Y el Govern de Marga Prohens está y estará siempre con ellos para que su esfuerzo de levantar la persiana cada día les permita no echar el cerrojo por falta de relevo.
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