Torres Blasco
Torres Blasco

Periodista especializado en política

Aniversarios

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Si sales a la calle vestido de romano, el personal interpretará de manera correcta que es un disfraz. También si te ven con capa, casaca y espada concluirán que te has disfrazado de mosquetero. Si alguien se pasea hablando en verso por la calle, entenderán que está imitando alguna manera de hablar del pasado. Muy distinto es cuando ves a alguien que habla como un fascista o que porta en sus manos una bandera con el águila franquista (o de Isabel la Católica, como diría la portavoz de ese partido en el que usted estará pensando). En un caso así, lenguaje o bandera, habrá muchas posibilidades de que la persona en cuestión no vaya disfrazada de fascista o franquista, sino que lo sea. Quizá por eso cueste a veces -en un lado más que en otro- rememorar la historia. Porque lo que se pretende rememorar no es pasado sino presente. Tal vez venga de ahí esa alergia a la conmemoración de los 50 años de democracia después de la muerte de Franco. Igual es que hay mucha gente que cree estar viviendo todavía en esa época. Ay, con el paso del tiempo y lo que eso supone (muy recomendable el libro Las tempestálidas, de Gueorgui Gospodínov; regalo de una amiga). Lo vamos a ver ahora que se cumplen cinco años de la pandemia de la covid. Eso, incluirá el recuerdo de los estados de alarma que recordaremos a partir de marzo. Sí que es difícil tomar aquellos como pasado. En realidad estamos en un presente continuo desde entonces. Y, desde luego, si sales con una mascarilla por la calle nadie va a pensar que es un disfraz y vas camino de algún lugar donde se recrea el tiempo que fue. Quizá, pero eso será cuando haya pasado mucho más tiempo, se marquen las épocas como antes y después de la pandemia de la covid de 2020. Y qué decir de lo que está pasando en Estados Unidos (y en el resto del mundo). Trump se fue pero nunca fue historia. Ni pasado.