La biblioteca central y la fachada marítima

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Cort quiere rehabilitar el antiguo edificio de Gesa, obra magna y protegida de Josep Ferragut, en la biblioteca central de Palma y centro expositivo de arte. Se trata de una iniciativa ambiciosa que va más allá del avance cultural que conlleva para la ciudad. Supone una potenciación de la fachada marítima. En los días de sol radiante, cuando sus rayos caen sobre el edificio acristalado de Ferragut, es un espectáculo contemplar desde Portopí el diálogo color ocre que se establece entre el siglo XIV de la Seu y el edificio racionalista del XX. Su creador sin duda pensó en este contraste armónico cuando lo diseñó.

Palma, como la tienen gran parte de las capitales europeas, comenzando por París, necesita una gran biblioteca central, emblema de toda ciudad culta y avanzada. Las actuales bibliotecas municipales de Ciutat, que deben seguir funcionando, se han quedado pequeñas e insuficientes, comenzando por la ubicada en el propio Ayuntamiento.

Cada vez hay más demanda de ámbitos adecuados para el estudio, la investigación o el majestuoso mundo de la lectura en todas sus facetas. La irrupción de las plataformas televisivas e infinidad de cadenas en los domicilios los ha convertido en lugares vulnerables, poco adecuados para la concentración formativa o cultural. Las bibliotecas son más necesarias que nunca y más en el edificio de Ferragut, atalaya de la ciudad y lugar inigualable a escala europea.

Hay que entender al PSOE cuando dice que con el dinero que se gastará Cort se podrían construir centenares de pisos sociales o comprar autobuses para la EMT. Pero eso es de otro ámbito de inversión. Imprescindible ciertamente, aunque del todo compatible con la gran biblioteca central de Palma, un espacio que será socializado, dignificado y convertido en legado de las generaciones presentes y futuras.