En un juzgado de Valladolid, una madre y su hija fueron condenadas a un año de cárcel, y siete meses, respectivamente, por llamar maricón a un vecino homosexual. En 2023, en Valencia, tres aficionados al fútbol fueron condenados a ocho meses de cárcel por llamar «negro de mierda» a un jugador Del Real Madrid, de raza negra. Estas penas están configuradas por delitos de odio, y no tengo nada que alegar en contra.
Sin embargo, si la cabeza de Jesús, ataviado con la túnica blanca que lleva bordado el corazón de Jesús, es sustituida por una cabeza de vaca, se considera que forma parte de la libertad de expresión y, según oí en una tertulia radiofónica, esto se debe a la falta de sentido del humor que tienen los católicos.
Durante el año pasado en España se celebraron 421 actos de homenaje y exaltación a los asesinos de ETA. Es decir, todos los días del año se han celebrado actos de odio a las víctimas, sin que el delegado o subdelegado del Gobierno pusiera ninguna pega, y además, con presencia oficial de ayuntamientos y partidos políticos. Debe ser que las víctimas del terrorismo no tienen sentido del humor.
Imaginemos que un partido político, brillantemente heterosexual, organizara durante un año un par de reuniones públicas, donde se exaltara la heterosexualidad, y se criticara ácidamente a quienes son homosexuales, denominándoles maricones. ¿Se imaginan el escándalo social?
Este desequilibrio de penas y castigos, donde llamar negro a un negro se sanciona si se hace de manera despectiva, y el término maricón aplicado a un homosexual se considera un delito de odio, y, sin embargo, el Gobierno pacta con un partido político dirigido por un torturador y permite que los asesinos de una banda terrorista, apoyados por ese partido, reciban homenajes, es una asimetría, un desequilibrio tan absoluto y descomunal que, si yo fuera padre de un asesinado, comenzaría a escribir una lista de los hijos de puta que permiten tan escandaloso atropello.
1 comentario
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Todos sabemos que también a usted le gusta la fruta y que si escribiese esa lista con la que amenaza sería desde ese mismo odio que le desequilibra hacia la (muy y mucho) derecha. Por cierto, los que tanto se ofenden por la imagen de Jesús, por qué no intentan primero demostrar su existencia? Y de conseguirlo, por qué no intentan demostrar que tal palestino efectivamente se parecía más al blanquito rubio que todos tenemos en el imaginario colectivo que al toro de Lalachús?