TW
1

El ofrecimiento del Alberto Núñez Feijóo para encabezar la alternativa a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno es el último de los grandes errores que ha cometido el dirigente conservador. La precipitación es una mala consejera. Feijóo no ha sabido esperar a que la declaración de Víctor de Aldama, el cerebro de la trama del ‘caso Koldo’, erosione a Sánchez y sus ministros. Dejar que la evolución de los acontecimientos incomode a los socios parlamentarios del Gobierno hasta el punto de llegar a cuestionar sus apoyos. El gallego se promociona sabiendo que no tiene los votos suficientes, que tiene asegurada la derrota en una eventual moción de censura. ¿Entonces qué hace? El ridículo. Otra vez. En estas circunstancia es complicado que proyecte una imagen de alternativa real, y eso que estoy convencido de que su papel como gobernante del país sería más serio y eficaz que el del cínico Sánchez.

Los patinazos de Feijóo se acumulan hasta el punto de obligarse a plantear si es en realidad la persona idónea para pilotar al PP en la oposición, en especial con un mentiroso como Sánchez en el Gobierno. Dejó que Carlos Mazón (PP) pactase con la ultraderecha en la comunidad valenciana, y le apeó de cualquier opción para llegar a La Moncloa. También ha permitido que el mismo Mazón rechazase su solicitud reiterada de declaración de emergencia nacional tras la DANA con sus centenares de muertos y caos posterior. La cosa no acaba aquí. El Partido Popular Europeo acepta a la socialista Teresa Ribera (PSOE) como vicepresidenta de la Comisión Europea a pesar de la encarnizada campaña en su contra del PP español. Más errores.

También puede hablarse del eterno contencioso entre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con la dirección estatal. Al final, Feijóo siempre claudica. Un líder político no puede permitirse tantos amagos fallidos y menos de este calibre. Reitero que cada intervención de Cuca Gamarra y de Miguel Tellado incrementa la incomodidad del sector más moderado de los votantes del PP y frena el trasvase de desencantados del PSOE, con estos mimbres no se alcanzará nunca la mayoría suficiente para desbancar a la izquierda. ¿Tendrá que acumular otra derrota el PP para reaccionar? El tiempo lo dirá.

La soga del PSOE

La historia se repite. Ahora le toca el turno al ‘caso Koldo’, con un PSOE repitiendo el soniquete de que todo es falso. Antes lo hizo el PP en sus casos de corrupción. Desde la calle Miracle deberían recordar a sus compañeros de Ferraz que en Balears sabemos muy bien que se pueden obtener condenas severas a base de delaciones de imputados, lo importante es lograr un relato verosímil ante jueces y fiscales. Desmontar la estrategia de Víctor de Aldama no le será fácil a José Luis Ábalos, tampoco Pedro Sánchez y su ristra de ministros a los que se involucra en la red de corrupción. La aparente despreocupación con la que el PSOE aborda este asunto puede acabar siendo su propia soga política, ese tropiezo que quizá salve al PP y a Alberto Núñez Feijóo de su desorientado tránsito por la oposición. Un inesperado bingo cuando apenas tienes cartones para jugar.