El sábado iniciamos la temporada de comuniones. Esta primera se ha demorado en llegar, pero todos los expertos coinciden en que este 2023 va a ser un año récord. Lo cierto es que la iglesia estaba hasta la bandera, con el cartel de «todo vendido» colgado desde principios de semana. Tuve que presenciar el espectáculo desde la puerta, hombro con hombro con otros rezagados. Con el primer cántico, me sentí como en un concierto de Coldplay. A mi derecha tenía a dos mujeres vestidas como para ir al Kaelum que no paraban de hacerse selfies. A mi izquierda, un preadolescente con un flequillo imposible jugaba al Fifa23 en su dispositivo móvil. Con el segundo cántico, me entraron ganas de pedirme un cubata. La arenga del cura no impedía que la gente comentara las últimas novedades del caso Vinicius. Al final hubo bises, aplausos y éxodo masivo a bares y restaurantes, donde la fiesta se prolongó. Un gran plan para los fines de semana.
La fiesta
31/05/23 0:29
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