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Con este artículo me dirijo a todas las personas que viven en Palma. De toda edad y condición. De forma transversal y al margen de su ideología. Y lo hago pensando en qué es lo que anhelan para su ciudad... y para sí mismas. Reflexionando sobre qué esperan de sus instituciones y, por supuesto, de su Ajuntament.

Y sé que los ciudadanos esperan que desde Cort se les ofrezca poder vivir en un entorno que esté limpio, en el que no se sientan inseguros, con una movilidad racional y sostenible. Quieren una ciudad llena de oportunidades para sus jóvenes, atenta con sus mayores y solidaria con los que más lo necesitan. Una capital eficaz ante grandes problemas como el de la falta de vivienda, atractiva para el comercio, las inversiones, la creación de empleo, el emprendimiento y la economía. Quieren un Ajuntament capaz de ser mucho más eficiente en la gestión de los recursos pagándole muchos menos impuestos. Una gran capital en la que todos puedan desarrollar su proyecto de vida. Con confianza. Una ciudad que sabe lo que quiere, con futuro y que empieza a avanzar hacia él desde el presente.

Un presente que se va a construir a partir de este día 28 con la llamada a las urnas. Las encuestas muestran la tendencia favorable hacia el cambio que Palma necesita. Pero el único resultado válido es el de las elecciones del domingo. Por eso, pedimos el más amplio respaldo posible para servir mejor a Palma, desde la estabilidad de un gobierno eficaz que no dependa de otros.

Se gobierna con más eficacia, con más capacidad de dedicar el tiempo a las cosas que son más útiles para la ciudad sin que eso signifique que nos olvidemos de preguntar. Siempre estaremos abiertos al consenso con todos los partidos políticos, abiertos al tejido asociativo, al mundo empresarial, pymes y autónomos, abiertos a los sindicatos y a las entidades sociales y vecinales, es nuestra obligación natural.

¿Acaso tiene ideología la limpieza de plazas y calles?, ¿tiene ideología transitar con comodidad?, ¿tiene ideología garantizar la seguridad de los vecinos? En realidad, no son aspectos ideológicos, sino que son cuestiones de respeto y convivencia, de vocación de servicio público y de planificación y cumplimiento de las promesas hechas.

La evidente degradación de Palma durante estos últimos ocho años de declive de nuestra capital es fruto de la ineptitud de un equipo de gobierno que nos deja una ciudad más sucia, atascada e insegura que la que se encontró.

El balance de esa gestión, en mi opinión -y en la de tantas y tantas personas- pésima, es el que debe ser valorado por los ciudadanos con su voto este domingo. Sin embargo, conviene aclarar uno de los principales motivos por los que esa gestión ha brillado por su ausencia. Quienes han dirigido la ciudad estos tristes ocho años han malgastado gran parte de su tiempo en polémicas estériles alejadas del interés de la mayoría de los ciudadanos. Despilfarrando unos recursos muy necesarios que no han sido dedicados a resolver cuestiones que sí que afectan al día a día de los palmesanos. Cuando gobiernas para minorías, cuando te ciega la ideología, la obsesión por derribar un monolito se convierte en una extravagancia difícil de entender para el ciudadano medio, por ejemplo.

Y es en nombre de ese ciudadano medio en el que debe asentarse el triunfo de la mayoría. Una mayoría conformada por las personas que habitan Palma. Una mayoría amplia y completa, cívica y ciudadana. La de las personas de bien. Una mayoría que sabe ver lo poco que nos diferencia y lo mucho que nos une. Y en nombre de ese ciudadano medio les pido su voto. Un voto de unión. Un voto a favor de todo aquello en lo que estamos de acuerdo, más allá de ideologías. Un voto de confianza en nuestro presente y en nuestras capacidades... y de ilusión por nuestro futuro.

Decía al empezar que en este artículo me dirijo a todas las personas que viven en Palma. Personas de toda edad y condición y al margen de su ideología. Y a todas las ciudadanas y ciudadanos les pido su voto para que sumemos esfuerzos. Insisto en la conveniencia de llegar a esa mayoría amplia que nos permitiría poder atender mejor cada área y cada barrio, una mayoría amplia para la calidad del gobierno, del Buen Gobierno, del gobierno que busca el bien común y el interés general.

Con transparencia, honradez, y manos limpias es bueno tener el más amplio respaldo posible. Seamos al fin positivos y plurales. Por la estabilidad de Palma seamos una mayoría amplia. Recuerden que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Les prometo un gobierno para todos, porque mi sentido de la responsabilidad me obliga, porque los palmesanos lo valemos y porque Palma se lo merece.