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Las personas aisladamente pueden muy poco en el desarrollo del tercer mundo, son muy limitadas, pero, cuando se unen y se organizan en asociaciones o iniciativas ciudadanas, pueden lograr verdaderas proezas.

Ante los graves problemas del mundo, en primer lugar, toma conciencia de ellos; luego, une inteligentemente tu esfuerzo personal a otros muchos esfuerzos, mediante dinámicas y eficaces organizaciones y el sabio refrán africano se hará realidad: «Cuando se ponen de acuerdo, las hormigas son capaces de transportar un elefante».

Y otro punto a tener muy en cuenta en la ayuda al tercer mundo es el siguiente: si le das un pescado a un hombre, se alimenta una vez; si le das, en cambio, una caña y le enseñas a pescar, se podrá alimentar toda la vida.

Estas palabras, inspiradas en un sabio proverbio oriental, pueden y deben marcar la pauta a la hora de ayudar al tercer mundo, que lo que de verdad necesita es ayuda promocional para convertirse en el artífice de su propio desarrollo.