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Acabo de terminar de leer la novela El puente de Borgo, de los hermanos Cadenas, Arturo y Luis. En ella, los escritores describen con arte literario y el mejor estilo, los límites de la condición humana a la luz de la ética profunda y del pensamiento moral de sus protagonistas. La obra une el thriller como género dominante con la lírica descriptiva y la aventura fantástica. Es una fusión magistral que convierte este libro en un referente para la narrativa comparada y para los estudios de género, de género literario, quiero decir.

La obra se desarrolla en torno a la figura de Fénix, un ser exterminador de humanos que tiene que atrapar a Möh, un devorador de niños del que pretende recuperar sus recuerdos. Mientras, un hombre sin identidad, lucha por descubrir su situación desconocida. Cruzar el puente de Borgo es la única vía para la esperanza, el reto de verse envuelto en lo inesperado, de querer alcanzar una meta desconocida, de hacer que un sueño se convierta en una realidad para, de esta manera, encontrar el sentido de la vida.

Los hermanos Cadenas –uno desde la creatividad artística y el otro desde la cautivadora lógica de la razón– han conseguido un resultado literario que no va a pasar desapercibido. El puente de Borgo es una novela escrita para quienes disfrutan leyendo y recordando lecturas anteriores que van desde la epopeya de la mitología griega hasta la contemporánea literatura de terror, pasando por el romanticismo narrativo y la tensión que produce la escritura dramática.

Las páginas de esta novela contienen un claro guión cinematográfico que apenas necesita adaptación. Las metáforas, los símbolos y los signos son una demostración de que aquí hay sabiduría. El que tenga entendimiento, que lea la metáfora de la novela porque es la gran metáfora de la vida que busca la esperanza.