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La editorial Alhenamedia, que dirige con mano maestra mi amigo Francisco Bargiela, publicó a finales de 2022 una guía (’101 monumentos que tus hijos, tal vez, no verán’) en la que se recoge un centenar elementos del patrimonio cultural y natural español que se encuentran en la Lista Roja de Hispania Nostra porque están abandonados. Estos 101 monumentos, seleccionados por Raquel Álvarez Valdeita, son solo un pequeño ejemplo y la idea es visitar y concienciarse de lo que deberíamos proteger. Haylos de todas las autonomías españolas, a modo de ejemplo: iglesia de San Juan Evangelista (Aragón), conjunto arqueológico de Zonzamas (Canarias), ermita de San Juan de Socueva (Cantabria), Parque Enciclopédico del Pasatiempo (Galicia)… y en el caso de Baleares la guía recoge el velódromo del Tirador que comenzó a construirse en 1898, se inauguró en 1903 y es una muestra fósil, que deberíamos restaurar, de los años de esplendor del ciclismo en Mallorca (tema que conoce al dedillo mi compradre de Allariz, Gonzalo Pampín)

El Tirador, proyectado por el gran arquitecto Gaspar Bennazar (que también proyectó el magnífico Coliseo Balear) tiene una pista que fue referencia en toda España hasta que en 1965 se construyó el velódromo de Anoeta, entonces comenzó su decadencia. Este velódromo nuestro, histórico, tiene una cuerda de 333,33 metros de largo y 6 metros de ancho, con dos peraltas macizas y gradas a cada lado. Supuso la culminación del periodo genesíaco del ciclismo en Mallorca: Palma fue tras Madrid el segundo lugar de España donde en 1904 se celebraron, con victoria de Neira, los campeonatos nacionales de velocidad, lo que supuso ‘la mayoría de edad del ciclismo en Mallorca’: había ya mucho ambiente, sentido de la organización y de la competición, apuestas y prensa crítica. Los mejores corredores españoles de finales del siglo XIX y principios del XX eran ya perfectamente conocidos por la afición insular: nombres como Julián Lozano (campeón de España en 1896), Abadal, el ya mencionado Neira, etc. Era un deporte verdaderamente en auge hasta el punto que en 1904, tras el éxito del campeonato de España disputado en Mallorca, el presidente de la Unión Velocípeda Española) no descartó –por utópico que pareciera– la celebración del campeonato del mundo de velocidad (1906) en el velódromo del Tirador que era propiedad del Veloz Sport Balear. Recordemos que en 1907 el italiano Messori –que aquel año batió el récord del mundo de medio kilómetro– se escribía con el presidente del Veloz Sport Balear y le contaba sus gestas. Franco, nombrado en 1933 por la República jefe de la Comandancia Militar de Baleares, años después recordaba las muchas bicicletas que había en Mallorca y la gran afición al ciclismo. Dentro de poco está prevista una jugosa exposición sobre la historia del ciclismo organizada con rigor por Rafel Morro Aguilar y Pere Fullana, sin duda será muy interesante y sugestivo lo que veamos en la misma.