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Aún no está demostrado que existan zombis extraterrestres, pero tampoco cabe descartarlo a la vista de la cantidad de fenómenos extraños que configuran la actualidad, por lo que si cualquier día nos invadiesen, sería una calamidad duplicada, una doble invasión. De zombis y de extraterrestres, a la vez. No creo que estemos preparados para eso, ni en qué estarán pensando nuestros servicios de predicción y prevención de desastres, que lo prevén todo con años de anticipación. De hecho, puede que ni siquiera supiésemos que eran zombis, por más que caminasen bamboleándose con los brazos caídos, la mandíbula colgando y se comieran los cerebros de la gente. Porque aún ignoramos qué aspecto tienen los extraterrestres vivos, si es que tienen alguno, y si están vivos en el sentido convencional del término. Cómo vamos a distinguirlos de los muertos que caminan. A lo mejor hay planetas zombis cuyos habitantes fallecieron en masa hace miles de años por el cambio climático, y luego, resucitados por efecto de la radiación y enloquecidos por el desespero, desarrollaron una muy potente tecnología post mortem a fin de invadirnos. Venganza cósmica. No vamos a ser nosotros la única especie de emprendedores pirados del universo.

El caso es que esa doble invasión simultánea sería terrible, pues si en tanto que extraterrestres carecerían de sentimientos (no suelen tenerlos en las pelis), salvo el hambre en tanto que zombis, no estoy seguro que el hambre sea un sentimiento. Y cómo dialogar con hordas nada sentimentales. Por nuestros expertos y politólogos, sabemos desde hace décadas que en los debates y negociaciones nunca importan los argumentos y las razones, sino sólo los sentimientos, un material volátil y muy inflamable. Me temo que lo tendríamos muy crudo. Sin contar su superioridad armamentística y tecnológica, o no habrían llegado aquí desde quién sabe qué remota galaxia. Eso exige una inteligencia artificial inimaginable, con un cociente intelectual de unos 3.400, cuando nuestros mayores genios no llegan a 190. ¡Zombis extraterrestres superdotados y sin sentimientos! ¡Con hambre! A ver si prestamos atención a esa amenaza, porque nos faltan datos. No sabemos nada de ellos.