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El día que el conocimiento del catalán dejó de ser un mérito para convertirse en una exigencia en la sanidad pública, empezó una polémica que cíclicamente revive en las Islas. En esta ocasión los encargados de atizar el fuego han sido la Obra Cultural Balear (OCB), el STEI y Més, estos últimos dejando claro que el sillón es más importante que la ideología, porque seguimos esperando las dimisiones anunciadas por la exención de este requisito a los profesionales sanitarios, mientras la OCB, en su línea, solicitará medidas cautelares pidiendo la suspensión de todos los procesos selectivos puestos en marcha por el Ib-Salut, lo que puede terminar en una suspensión o una paralización judicial, poniendo en peligro la consolidación de las plazas y provocando un desastre en la totalidad de la asistencia sanitaria. Faltan médicos de todas las especialidades y la situación en Atención Primaria es dramática, mientras la carencia de profesionales de Enfermería es cada vez mayor, pero a ellos les da igual. Lo importante es el catalán, el resto es accesorio.