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El inicio del mes de enero ha dado como resultado (entre otras muchas cosas) la generación de encuestas de opinión en las que la oposición política ha tenido un sesgo favorable. No soy un experto en este tipo de cosas, pero las modificaciones de determinadas cuestiones relativas al Código Penal parecen haber tenido bastante influencia en esta situación.

Particularmente, no soy muy favorable a este tipo de cuestiones pero, mientras no se conculque el Estado de derecho –cosa que no ha sucedido–, no entiendo el furor de estas consideraciones. Estamos en una guerra, horrible como todas las guerras y que, además, puede llevarnos a situaciones peores. Las posiciones de los partidos políticos, en este caso, me parecen más que relevantes.
Mas aún. En mi caso, lo que más me preocupa y me lleva a tomar posición es acordarme de la era de Mariano Rajoy, de las pérdidas brutales de empleo, del éxodo para buscar trabajo en el extranjero, del recortete de las pensiones y de muchas cosas más.

Sensu contrario, a mí me dicen otras muchas cosas como 285.000 trabajadores, la cifra más alta del paro juvenil, y la recuperación de derechos, por ejemplo. ¡Ah! Y en contra del anterior gobierno, en el actual nadie ha trincado la pasta. Pero claro, cada uno que haga lo que más le apetezca.