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Hace justo 85 años Mallorca volvía a estar bajo fuego republicano. Los aeródromos catalanes lanzaron un ataque masivo que afectó de lleno a la población civil. Un total de 24 aviones arrojaron más de 60 proyectiles sobre el puerto de Palma, la Puerta de San Antonio, la plaza Pere Garau y el pueblo de Sóller. Causaron en total 10 muertos y 30 heridos. La lista completa de fallecidos nunca se ha publicado. Estas víctimas jamás han recibido reconocimiento u homenaje alguno. Una revisión de las fuentes primarias, sobre todo el Registro Civil, me ha permitido conocer su historia.

La mañana del martes 7 de diciembre las sirenas volvieron a despertar a los mallorquines. Un total de 14 de aviones entraron por Sóller y 10 por el sur rumbo a Palma. En teoría sus objetivos eran militares, pero el fuego antiaéreo les obligaba a tomar altura y lanzar el proyectil a ojo, por lo que la peor parte se la llevaba siempre la población civil.

En la Puerta de San Antonio y la calle Ferreria derribaron varias casas que sepultaron a muchas personas. Los trabajos de rescate duraron un día y medio y hubo supervivientes que aguantaron 12 horas enterrados. El diario La Almudaina publicó que a la mañana siguiente «fue sacado entre los escombros un hombre en estado agónico. No pudo ser identificado, aunque era bastante conocido por dedicarse a la venta ambulante».

Según el Registro Civil, en este punto hubo siete fallecidos. Uno era un niño de solo 4 años y se llamaba Antonio Guasp Serra. También murió Antonia Amengual Cerdá, estudiante de 16 años; Micaela Serra Bover, de 21 años, viuda y con dos hijos; Arturo Bonafé Mas, de 76 años, que era zapatero, estaba casado y tenía tres hijos; Ramón García Truyols, de 62 años, agente de tabacos, casado y con dos hijas; y Antonio Borrás Sintes, de 75 años, jornalero, casado y con cinco hijos, y el joven alférez Antonio Jaume Llobera.

El diario Correo de Mallorca publicó que en la Puerta San Antonio también murió el farmacéutico Antonio Bennàssar Gelabert, de 62 años, pero su ficha no aparece en el registro.

Las bombas también cayeron en el barrio obrero de Pere Garau. En la plaza murieron dos personas: Pedro Pastor Riera, de 30 años, albañil, casado y con tres hijos; y Dámaso Hormigo Marqués, de 77 años, carabinero, casado y con ocho hijos.

En su viaje de regreso, los aviones volvieron a pasar por Sóller y aprovecharon para soltar la carga que les quedaba. Según el historiador Antoni Quetglas, un proyectil impactó sobre la redacción del semanario Sóller e hirió mortalmente al nieto del director, el estudiante y soldado de 23 años Jaume Antoni Magraner Marqués. La metralla le alcanzó a varios órganos y murió dos semanas después en el Hospital Militar de Palma.

El parte nacional aseguró que los cazas italianos persiguieron a los atacantes hasta la costa catalana y derribaron ocho aparatos. El parte republicano afirmaba que ellos derribaron tres aviones y perdieron solo uno. Los bombardeos republicanos sobre Mallorca causaron durante la guerra unas cien víctimas mortales.