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n falta mucho para las próximas elecciones generales pero ya hay quien especula con el futuro de Pedro Sanchez. ¿Ganará las elecciones contra todo pronóstico? Y ¿si no las gana, qué hará?
La verdad sea dicha. Pedro Sánchez queda muy bien cuando viaja fuera de España y participa en esas ‘cumbres’ en las que se reúnen mandatarios de todos los países. Tiene buen porte, habla idiomas, se mueve con desparpajo, y su discurso en materia de política exterior está en línea, línea más línea menos, de lo que se lleva en la mayoría de los países de la UE. Pienso que quizá el sitio de Pedro Sánchez, seguramente el mejor para él y de paso para los españoles, es que acceda al cargo de Secretario General de la OTAN, o a presidente de la Comisión Europea.
Sí, estoy convencida que lo mejor de Sánchez, el mejor Sánchez, es que pueda ejercer la política desde un puesto institucional fuera de nuestras fronteras. Dicen que se está ‘trabajando’ alguno de esos puestos mencionados por si acaso pierde las próximas elecciones generales, y la verdad es que en cualquier de esos puestos luciría muchísimo y, ya digo, que la capacidad de equivocarse sería relativa porque no se lo permitirían los jefes de gobierno del resto de los países.
Dicho esto es llamativo la diferencia que hay entre los «dos» Sánchez, entre el Jefe del Gobierno de España capaz de aliarse con quienes quieren acabar con nuestro sistema constitucional con tal de sacar los Presupuestos adelante, aunque eso le suponga la repulsa de sus propios votantes, y el ‘otro’ Sánchez, al que vemos desenvolverse pisando fuerte en los foros internacionales con discursos templados y ad hoc con lo que se lleva en Europa.
Es como si un Sánchez fuera doctor Jekyll y el otro Mr Hyde. En mi opinión el mejor Sánchez es el que hace política fuera de España, el que queda tan bien en los foros internacionales.