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En anteriores ferias turísticas los políticos llegaban a sus destinos para decir una serie de obviedades intrascendentes que milagrosamente alcanzaban la categoría de noticia. Muchas veces la noticia consistía en anunciar cosas que ni siquiera estaban relacionadas con el turismo, pero dichas en Londres o Berlín parecían hasta más importantes. Pero la situación ahora ha cambiado. En la feria de Londres se ha iniciado una nueva etapa en la que los políticos que acuden en masa a la feria no van a hacer promoción turística porque en Balears, ya se sabe, sobran turistas. Uno pensaba que este tipo de frivolidades formaba parte del guión de partidos minoritarios, los que gobiernan aunque en realidad quisieran estar en la oposición, pero me equivoqué. El socialista Iago Negueruela ha sido el primer conseller de Turismo de la historia de Balears, de los muchos que ha habido, que no ha ido a la feria a hacer promoción turística para no molestar a sus socios de Podemos y Més per Mallorca. Sorprendente este último partido con su cambio de criterio. Porque no hace muchos años se gastaban en la feria de Londres un dineral en invitar a cenar a periodistas británicos en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, aunque igual era para rogarles que no hiciesen más promoción de Balears como destino porque había ya demasiados turistas.

Llegados a este punto de esquizofrenia y ridículo mundial, propongo que a la próxima feria de Madrid, que se celebrará en enero, no acuda ningún político, que todos se queden en casa no sea cosa que las propuestas turísticas de Balears gusten a los turoperadores y agencias de viajes y nos envíen miles de visitantes más el próximo verano. Entonces ya hará falta un segundo Bus-VAO en la autopista del aeropuerto y eso ya será insoportable. Si realmente no se acude a las ferias a hacer promoción (Negueruela dixit), propongo que el Govern dé un paso más y pida oficialmente a las cadenas hoteleras y compañías turísticas varias que no se gasten ni un euro ni en Fitur ni en la ITB de Berlín. Vamos, que ni se desplacen.

Por último, sería deseable conocer el gasto de cada una de las instituciones en el viaje a Londres, desde billetes de avión a hoteles y manutención, además del transporte en la capital británica. Y todo para no promocionar nada, lo cual es realmente difícil de explicar. La próxima vez, de verdad, no hagan más el ridículo en las ferias turísticas y dejen que los profesionales, los que saben de verdad, hagan su trabajo. Los demás molestan.