TW
0

N os cuentan hoy los estadísticos sus estimaciones de cómo será España de aquí a medio siglo. Yo, la verdad, soy incapaz de prever cómo será mi vida y lo que me rodea, dentro de dos años, así que no pondría la mano en el fuego por nada ni por nadie. Miremos atrás.Hace cincuenta años corría el año 1972. ¿Se acuerdan? Aquella tele tocho en blanco y negro, con dos canales si tenías la suerte de que tu antena sintonizara como debe. Se emitía Planeta azul, de Félix Rodríguez de la Fuente, pionero del ecologismo nacional; la inenarrable Herta Frankel nos divertía con su perrita Marilín y nació Un, dos, tres. Los presentadores de televisión más reputados llevaban bigotito franquista, patillas y gafas de pasta y las chicas cool se calzaban pantalones de pata de elefante y peinados cardados. La mayoría de las familias tenían cuatro, cinco, seis hijos. La sociedad española era homogénea en raza, religión, casi casi ideología. Estaba de moda el folklore. Los que cumplían setenta años eran viejos y los viejos no tenían dientes, ni viajaban. Mucha gente de clase obrera no podía permitirse un coche, iban en moto. Comíamos puchero y los domingos, pasteles. No había grandes superficies, ni vuelos low cost o ropa barata y jamás habíamos escuchado palabras como multicultural, sostenibilidad, cambio climático... Ahora pensemos en 2072. Incógnita. Quizá los alienígenas se hayan manifestado, tal vez la esperanza de vida haya quedado cercenada por nuevos virus, quién sabe si seremos todos mestizos, ateos, los robots trabajarán para nosotros o vivamos eternamente gracias a trasplantes biónicos. Las estimaciones son como jugar a las adivinanzas. Pura imaginación. La tozuda realidad se empeña, por suerte, en seguir dándonos sorpresas.