La palabra autodeterminación estuvo muy de moda durante unos años, cuando España despertaba del franquismo y de pronto mucha gente se interesaba por algo hasta entonces casi inédito: su identidad. Al margen de ser Juana o Manolo, los habitantes del país empezaron a cuestionar cosas. Casi todo, en realidad. Fueron tiempos en los que pensar también se puso de moda, como reflexionar e incluso lanzar hipótesis que podían debatirse. Hubo, aunque ahora parezca imposible, algo parecido a una clase intelectual que, cuando hablaba, los demás callábamos para escuchar con deleite. Todo eso ha quedado atrás, como tantas otras cosas que murieron con el siglo veinte. Este nuevo es completamente distinto, un cambio de paradigma, lo llaman. Y en este milenio lo que prima es la corrección política, unos márgenes súper estrechos de los que no puedes salirte ni un milímetro porque te tiran piedras, o te someten a eso que llaman «cultura de la cancelación», como si tu vida, tu voz, tu aportación al mundo pudiera borrarse con solo pulsar la tecla ‘delete’.
Autodeterminación
Palma10/10/22 3:59
También en Opinión
- El fruto seco que fortalece los huesos y combate el envejecimiento
- La superhierba aromática que calma la ansiedad, mejora el sueño y da sabor a tus platos
- Este es el postre que aporta colágeno, hierro y calcio a tu cuerpo
- Esta es la vitamina que forma colágeno en tus cartílagos y huesos
- Los alumnos de Bachillerato tendrán menos posibilidades de entrar en la FP el próximo curso
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Abans també hi havia espai per la protesta, ara si algú protesta es tractat de hippi perroflauta comunista, fins i tot filoetarra. No només hi ha correcció política (que està bé qüestionar el masclisme, la violència verbal..), també tenim un conservadurisme dels patrons neolliberals que són indiscutibles, pareix que n'Adam Smith va escriure una nova bíblia