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En el horizonte aparecen nubes borrascosas y todavía no hemos inventado el sistema para evitar tormentas. Esta vez no es culpa del cambio climático, esta vez tiene algo que ver con el genoma humano. Putin, con sus referéndums en Ucrania, pretende desafiar todavía más a Occidente, usando la democracia para salvar su autocracia; y ojo, que Putin está como una cabra loca. Si alguien tose cerca de él, está en peligro de muerte: «Oligarcas rusos mueren en extrañas circunstancias». Tomen nota: unos envenenados, otros en accidente de coche, caídas en escaleras y practicando balconing desde las ventanas... Son muchos, desde Leonid Shulman, que se ‘cortó’ las venas, a Ravil Maganov, que se ‘cayó’ por una ventana. Putin es un hábil prestidigitador que hace aparecer y desaparecer conejos sin que le tiemble la mano derecha. Esto en Rusia, ¿y en Italia? Los italianos no ven el sol desde Tiberio Claudio. Llevan 12 precedentes desde 1948 y 70 gobiernos en 80 años. Europa está gobernada por la derecha moderada y en Italia han ganado las elecciones los de la extremaderecha, no sabemos que ocurrirá con Giorgia Meloni que es una fascista desde la cuna, con solo quince años se apuntó a una organización neofascista seguidores de Benito Mussolini llamada Frente de la Juventud, tiene la lengua muy larga y el cerebro encogido. Macarena Olona y Abascal son unos monaguillos comparados con ella. Italia, con Meloni y el sonrisita plástico de Silvio Berlusconi, está servida durante el tiempo que dure la legislatura (suelen durar poco). Esperemos que en España no ocurra algo así, no somos tan guapos como los italianos pero todavía no hemos perdido el juicio y el recuerdo del que tenía un solo testículo está presente entre nosotros. Aunque cuidado con los medios sensacionalistas que tenemos y los jóvenes que confunden a El Fary con un ministro y a Lina Morgan con una diseñadora de moda. España es un dolor enorme, la educacion es deficiente y con el folclore que organizan los de Vox, todo es posible. No obstante los años de terror están en el subconsciente del pueblo, basta con recordar los muchos enterrados sin nombre ni mayores respetos en las cunetas y tendremos el contraveneno eficaz.