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Bep Marquès y la Mediteband acaban de lanzar al mercado un disco titulado Cançons i amics. Se trata de un CD, con ocho canciones y seis amigos en la portada, grabado en enero de 2022 en el teatro de Vilafranca de Bonany. Veo que se necesitan muchos colaboradores para hacer un disco, pese a que se trate de un círculo de poco tamaño: apenas 12 centímetros de diámetro.

Antes, los discos tenían más presencia, puesto que un LP alcanzaba los 30 centímetros de diámetro y la funda de cartulina daba para ver ampliadas las sonrisas de la portada. Antes todo tenía más presencia, fíjense si no en el tamaño de un libro como Guerra y paz de León Tolstói, que ahora se puede leer en digital en un solo documento, formando parte de los 50 libros que uno debería leer antes de morir. (Se aconseja no esperar a leerlo en la inmensa paz que sigue a la muerte, por si las moscas). He escuchado el disco de Bep Marquès y en seguida me ha llegado su voz característica y su inconfundible entonación musical, que además de muy profesionales me parecen magníficas. Me ha recordado el Barba i capell armat que tuvo la delicadeza de dedicarme en una ocasión y que me sigue emocionando cada vez que lo escucho. Estupendo, Bep Marquès, y además incansable autor de las letras y de algunas músicas de este disco, músicas compuestas otras veces por Nasi Comellas, Toni Bosch o Joan Massanet. Títulos reveladores, como Amics –Bep Marquès, poseedor de una simpatía arrolladora, tiene que estar por fuerza rodeado de muchos amigos–, I si vens al meu costat, o el clásico Se me olvidó otra vez, de Alberto Aguilera.

Bep Marquès es poseedor de una simpatía arrolladora y de alguno de sus sinónimos, como entusiasta o campechano, lo que se nota en su voz, en sus canciones y en sus actuaciones en público. Admiro a este chico que es un poco más joven que yo, puesto que nació un día más tarde muchos años después, y le animo a seguir componiendo y cantando, que es lo que le da vida. Todavía le veo cantando y saludando a los amigos desde lo alto del escenario como si tal cosa, lleno de su otra cualidad esencial: la naturalidad.